mayo 18, 2024
Historias

Sofía: Una matemática en formación al frente de la Universidad de La Habana

En 2017, Sofía se convirtió en la primera cubana ganadora de medalla de oro perfecto en las Olimpiadas Centroamericanas de Matemáticas. Foto: Tomada del perfil en Facebook de la entrevistada.

Aunque solo tiene 22 años, el nombre de Sofía Albizu-Campos Rodríguez no es desconocido para los medios de comunicación nacionales. Varias publicaciones se han dedicado a esta habanera, que en 2017 se convirtió en la primera cubana ganadora de medalla de oro perfecto en las Olimpiadas Centroamericanas de Matemáticas.

Durante los años sucesivos ha participado en competiciones como la iberoamericana de 2018; la Olimpiada Internacional (no universitaria) de 2019 y el Concurso Internacional de Matemáticas para Estudiantes Universitarios.

Pero la noticia que nos acerca a ella nuevamente, aunque se relaciona con su carrera, tiene otros matices: desde el pasado abril esta joven estudiante de cuarto año de Licenciatura en Matemática fue elegida presidenta de la FEU de la Universidad de La Habana.

Con ella conversamos, vía WhatsApp, sobre sus nuevas responsabilidades y los retos y proyectos del estudiantado del centro universitario más antiguo del país.

¿Has desempeñado tareas de dirección estudiantil anteriormente o esta es tu primera vez?

–Sí, he realizado otras tareas durante mi trayectoria universitaria. Fui presidenta de brigada y he ocupado varios cargos en el Secretariado de la FEU de la Facultad de Matemática y Computación. El curso pasado mis compañeros me eligieron como presidenta de la FEU a nivel de facultad y desde marzo estuve trabajando en el secretariado de la FEU-UH, como secretaria de docencia en funciones.

¿Qué desafíos identificas en esta gestión que recién comienza?

–Creo que los retos pasan por los propios problemas de nuestro estudiantado. En primer lugar, las dificultades originadas por el entorno social y la difícil situación del país: las condiciones materiales de vida (en las becas y fuera de ellas), la necesidad de muchos de nuestros jóvenes de emplearse al mismo tiempo que estudian, la disyuntiva entre realizar sus proyectos de vida en el país o fuera de él, las condiciones de transporte para llegar y regresar de la universidad, entre otras.

“También están las cuestiones propias del ámbito universitario, como cuán compatibles son nuestras carreras con nuestros proyectos de vida, cuán consecuente y efectiva está siendo la docencia que recibimos con respecto a los perfiles ideales de las carreras, qué posibilidades tenemos de realizar investigaciones de impacto, los aportes de la universidad a las empresas, industrias, etc.”.

¿Qué papel juega la extensión universitaria en esa imbricación con el entorno?

–Debe jugar un papel esencial, pero muchas veces la extensión universitaria, el trabajo comunitario y el debate político tienen un peso insuficiente en nuestra preparación. Y creo que es un problema, porque más allá de formarnos como fuerza de trabajo calificada, debemos ser personas críticas y proactivas.

“Sin consolidar esa parte de la formación, que debe ir más allá de las aulas y el campus universitario, no lograremos la identificación de los estudiantes con nuestro proyecto de país ni con nuestros ideales.

“Claro, para lograr el propósito integrador al que se aspira hay que cambiar muchos esquemas de educación y encaminarla más a su función de generar conciencia social. Esta no es una tarea de un año ni de dos.

“Por el momento, lo más importante es que los estudiantes tengan herramientas y oportunidades para decidir en todos los ámbitos de sus entornos…ya sea en la universidad o en sus preubicaciones laborales. La implicación en el proyecto de país y la apropiación de este para diseñar nuestros proyectos de vida comienzan cuando sintamos que podemos influir, cuestionar, cambiar, mantener… Ese creo que es nuestro mayor y más urgente reto”.

 
Sofía (a la derecha) es una de las estudiantes más destacadas de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana. Foto: Archivo/Cubadebate.

Hablando de pendientes… ¿qué proyectos piensas desarrollar al frente de la FEU-UH?

–Algunos de los objetivos más próximos e importantes fueron definidos en el X Congreso a nivel de universidad. Hemos ido progresando en varios, como la revisión del movimiento cultural y deportivo de la Universidad de La Habana.

“También tenemos en proyecto una revista científica estudiantil de la casa de altos estudios. Es un esfuerzo que forma parte de un empeño mayor, encaminado a que la comunicación contribuya a transparentar nuestros procesos. Pero aún falta camino por recorrer en ese sentido.

“En otros acuerdos del Congreso debemos comenzar a trabajar cuanto antes, como la consulta de los planes de estudio en todas las brigadas, la creación de una bolsa de empleos desde la cual podamos beneficiar y proteger laboralmente a los estudiantes, entre otros objetivos”.

¿Crees que se sienten identificados los estudiantes de la Universidad de La Habana con la organización que diriges?

–La FEU, como organización, debe ser un mecanismo de participación del estudiantado a todos los niveles. Tenemos lugar en el Consejo de Estado, pero, ¿hasta qué punto puede decidir una brigada sobre su día a día? Creo que no se trata de identificación, sino de que este mecanismo funcione o no a cabalidad.

“Los estudiantes serán entusiastas en su participación en la organización en tanto sientan que es la vía a través de la cual pueden tomar decisiones que les influyen, y no simplemente transmitir quejas y esperar respuestas. Por eso el problema de pensarse la FEU no es solo de la FEU (o, en este caso, de sus dirigentes), sino también del resto de los factores que componen y determinan la universidad”.

¿Qué significa para ti ser una líder estudiantil en estos tiempos?

–No me considero tanto, solo una estudiante que ha decidido realizar sus proyectos en Cuba porque cree sinceramente que es el mejor lugar para trabajar por la justicia social. No estoy sola, pertenezco a un grupo de compañeros que soñamos lo mismo, nos apoyamos y complementamos.

Durante una de las competencias de Matemáticas. Foto: Archivo/Cubadebate.

***

Sofía Albizu-Campos se ha caracterizado por romper esquemas y estereotipos, incluso desde antes de estudiar en la Lenin. El primero que desmontó es el que reza que “las ciencias son para los varones y las letras para las niñas”, convirtiéndose en una “atleta de alto rendimiento” en las Matemáticas.

Ahora, esa muchacha que también disfruta leer, pintar y hacer manualidades, inicia un nuevo desafío como heredera de Mella: ser la voz del estudiantado de una institución histórica con dilemas muy actuales. ¿Cómo lo hará? Depende de varios factores. De momento, tiene los pies en la tierra y las manos prestas a trabajar junto a sus compañeros.

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