mayo 2, 2024
Historias

Josué Borges Maresma: “El jazz es mi inspiración, mi todo, lo que me hace respirar”

La pasión de Josué Borges Maresma siempre fue el saxofón. Las vueltas de la vida lo llevaron por otro camino y hoy toca con total maestría la flauta, el instrumento que, según él, más se le asemeja al saxo.

“Desde pequeño estuve involucrado en un ambiente musical. Mi familia paterna está formada por músicos, algunos de formación, otros empíricos, pero siempre estuvo presente en mi vida la música”, cuenta el músico a Cuba Joven, a pocos días de que se descorran las cortinas del Festival Internacional Jazz Plaza 2024.

Si bien enfocarse y el estudio constante siempre fue una filosofía de vida, Borges confiesa que sus primeros años fueron de adaptación, y conllevaron mucho sacrificio. Lejos de su familia, de su casa. La música se convertiría, asegura, no solo en su formación sino también en su compañera.

“Con la flauta comenzó un nuevo mundo para mí, de posibilidades disímiles y exploraciones. Significó un posible nexo con el saxofón. Ha sido mi principal medio de expresión desde niño, con el cual he descubierto una vía de escape, una manera de expresar todo aquello que albergaba en mi interior; todas esas inquietudes musicales que siempre soñé expresar con el saxo.

“La flauta ha sido y es mi vida, pero nunca la he visto como meramente una flauta. Para mí constituye mucho más, es mi modo de llegar a la música”, explica Borges con la misma vehemencia con la que ejecuta su instrumento.

La vida del estudiante es maravillosa, añade cuando indagas en su paso por la enseñanza artística.

“Estás abierto al estudio, al aprendizaje, a los proyectos con los colegas que tienes en común. Cuando se egresa todo cambia. Nos vemos arrojados a un mundo competitivo y en ocasiones cruel, ante el cual solo tienes para enfrentarlo tu talento y mucho empeño”.

En esta misma línea, el flautista sostiene la tesis de que hacerse de un lugar es difícil, y aún más cuando las oportunidades son limitadas para las nuevas generaciones.

“He colaborado con numerosos músicos como Yasek Manzano, Julito Padrón, César López, Aldo López Gavilán, Liuba María Hevia, entre otros. Fui parte del musical Carmen la Cubana; presenté un fonograma al Cubadisco en el año 2019 que obtuvo dos nominaciones. Participé con Orlando Valle (Maraca) y otros flautistas en el proyecto homenaje al maestro José Luis Cortés, bajo la producción musical del maestro Joaquín Betancourt. Realmente he tenido la oportunidad de explorar estilos diferentes y en todos he descubierto nuevas maneras de expresarme”.

Sobre su manera de concebir la creación, Josué dice que la música cubana es la esencia de todo. Está latente en cada composición y trata de proyectar todos sus elementos. “La música afrocubana no está presente directamente en mi trabajo sino que me llega a partir del subyacente en la música cubana y en el jazz. La manera en que ejecuto mi instrumento está más vinculada a mi interés por el saxofón”.

Por otro lado,  el jazz es su todo, lo que lo inspira desde joven, la que lo hace respirar. “Me fascina el jazz, su historia, sus protagonistas, lo sublime de una banda que vive a tope el momento de tocar. Desde que lo descubrí ha sido mi motor impulsor”.

Josué Borges Maresma cree que lo que lo distingue del resto de los músicos es precisamente la manera de tocar la flauta. “Es una forma muy personal, la que he encontrado para llegar al jazz sin el saxofón. Al verla como tal he descubierto en ella muchas posibilidades que se reflejan, por supuesto, en mi manera de ejecutarla”.

A propósito del Jazz Plaza, el flautista lo considera un evento importante, la posibilidad que tienen los músicos de compartir e intercambiar con colegas del medio, nacionales e internacionales. “Sin embargo, siempre creo que se requeriría de un mayor número de espacios para que los jóvenes músicos tengan más oportunidad de insertarse en el circuito y tocar. Abogo mucho por la integración de las generaciones, que creo que es una carencia más a nivel de la vida institucional en Cuba”.

El joven músico alega que se encuentra en un momento de más madurez en su carrera, o al menos, de transición. “Conozco más a mi instrumento, he explorado mucho, dedico tiempo importante al estudio y eso me ha ayudado a entender más el medio”. Aunque no se considera un músico exitoso, la clave del éxito para él está en la constancia del día a día y en no buscarlo.

“Los premios significan un compromiso mayor con el público. Cuando confían en ti para otorgarte un galardón tienes que estar consciente que de ahí en adelante hay que trabajar más duro. Un músico siempre aspira a tocar en grandes escenarios, en grandes proyectos donde poder expresar todo su arte. Más allá de esos sueños, aspiro a tocar mi propia música, con mi propia banda, a llevar adelante mi propio proyecto”.

Borges no se imagina ejerciendo otra profesión. Es imposible. “La música para mí es un regalo de Dios, por eso la tocamos hasta la última nota”.

Josué Borges Maresma. Foto: Cortesía del entrevistado.
Josué Borges Maresma. Foto: Cortesía del entrevistado.
Josué Borges Maresma. Foto: Cortesía del entrevistado.
Josué Borges Maresma. Foto: Cortesía del entrevistado.
Josué Borges Maresma. Foto: Cortesía del entrevistado.

En video, Flautas gigantes por Josué Borges

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