mayo 5, 2024
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Ponerle corazón al talento

Por: Yaimara Pérez Reyes

La neurocirugía pediátrica incluye la evaluación, el diagnóstico, el tratamiento quirúrgico y la rehabilitación de los infantes con trastornos en esa área. En Granma, los hombres y mujeres del ramo se superan sistemáticamente, en pos de conocer el mundo aún no del todo develado de la neurociencia.

El joven doctor Gabriel Elit Figueira López, especialista en primer grado de Neurocirugía y profesor instructor de la Facultad de Ciencias Médicas de Bayamo, dedica la mayor parte de su tiempo al estudio de dicha ciencia, aplicada a la Pediatría.

“Es importante saber que este perfil de la medicina es uno de los pocos donde el marco de atención se puede dedicar a grupos de enfermedades o a grupos de pacientes, en mi caso me inclino hacia los pacientes pediátricos”, explica.

“Para mí, atender a un niño es uno de los más grandes privilegios que puede tener un médico, a pesar de su complejidad, porque nunca llega solo a la consulta y, en ocasiones, es más difícil la comunicación con los familiares, de quienes se obtiene la información.

“Los infantes son los pacientes más gratos. Reconocen el trabajo del personal médico, incluso cuando los pronósticos son reservados. Son quienes,  indiscutiblemente, responden mejor a los tratamientos, lo que desde un punto de vista científico regocija, y desde el punto de vista humano, no obstante los protocolos que se establecen en esa relación, ellos se saltan todo eso, y de manera espontánea y conmovedora, te regalan un abrazo sincero, te toman de la mano, te cuentan sus historias y se adueñan de tú corazón.

“Cuando inicié la residencia en Neurocirugía, descubrí que los diálogos se me daban mejor con los pequeños y, a pesar de mi interés por explorar otras aristas de esa ciencia, la Pediatría me atrapó”, confiesa.

El neurocirujano pediatra tiene la obligación de incursionar en la parte bascular, oncológica, entre otras, pero enfocado en el funcionamiento cerebral de los infantes.

“Para esta profesión también existen peculiaridades, como la alta demanda de fortaleza espiritual, y una sensibilidad tremenda. Tanto ellos como sus familias, incluso en momento de mayor tención, se aferran a la vida y nosotros trabajamos para ayudarles; en tanto, se convierten en nuestro mejor aliado, al unir las ganas de salir de ciertas complicaciones a las buenas prácticas quirúrgicas.

“En este interesante camino, se va descubriendo elementos que forman como ser humano. Una vez que inicias, te permite estar en contacto con las cosas  verdaderamente importantes de la vida. Después de asistir en situaciones complicadas, como la pérdida de un paciente, se comienza a valorar más el tiempo y a qué y a quién se le dedica.

“Desde el punto de vista de la ciencia, es posible explotar, además, otras especialidades médicas, muy afines con esta, e interactuar con grandes figuras que han marcado pautas.

“Los progresos futuros estarán impulsados por la ciencia, y la medicina siempre estará ligada a ella, aunque es importante reconocer que una le impone metas a la otra.

“A las nuevas generaciones de galenos que no se animan a explotar esta rama, les digo que nunca olviden que es indispensable ser buenas personas, el componente humano equilibra el desarrollo del conocimiento, amen lo que hacen, nútranse del estudio cotidiano y abran los brazos a una mejor atención a los pacientes”.

(Tomado de La Demajagua)

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