Sentirse perdido en algún momento de la vida es más común de lo que parece. Estudios sugieren que aproximadamente el 70% de las personas experimentan o experimentarán una crisis de identidad o propósito. Estas crisis pueden surgir en diferentes etapas y ser desencadenadas por factores como la incertidumbre profesional, el paso del tiempo o la sensación de no estar donde se desea estar.
A lo largo de la vida, existen momentos clave en los que estas dudas se vuelven más evidentes:
- Crisis de los 20s («Crisis del cuarto de vida»): Muchas personas entre 25 y 30 años experimentan presión por su futuro profesional, independencia económica y relaciones.
- Crisis de los 30: Se intensifica la comparación con los logros de otros y la búsqueda de estabilidad.
- Crisis de la mediana edad (40-50 años): Reflexión sobre lo alcanzado, el sentido de la vida y cambios emocionales o hormonales.
- Crisis de la jubilación (60-70 años): Muchas personas sienten que pierden su propósito al dejar de trabajar.
- Crisis existencial (puede ocurrir a cualquier edad): Momentos de duda profunda sobre el rumbo de la vida, la felicidad y la mortalidad.
Lejos de ser solo un problema, estas crisis pueden convertirse en oportunidades para replantear prioridades y realizar cambios positivos. La clave está en afrontarlas con autoconocimiento y apertura al cambio.
(Con información de El Kilombo)