Por: Patricia Espinosa Valdés y Daiyor Castro Ramírez

Para nadie constituye un secreto: las maneras de disfrutar la lectura mutaron con el auge del universo digital, cuyos formatos emergentes gozan de considerable aceptación por la juventud a la hora de promover y explorar, desde nuevas perspectivas, la literatura.

Desplegados en plataformas como YouTube e Instagram, las modernas comunidades de booktubers e bookstagramers cobran fuerza durante los últimos años. En tal sentido, Cuba no se queda atrás y cuenta con no pocos exponentes en dichas redes sociales. Entre ellos resalta BooKKuba, un proyecto llevado por jóvenes, que en pocos meses ha construido un espacio para los incondicionales amantes del libro y de la escritura.

Bien lo sabe Dahomy Rachel Darroman Sánchez, creadora desde finales de 2023 de esta novedosa estrategia, que agrupa actualmente a más de 5 mil miembros en Instagram, su principal campo de acción, y seiscientos en WhatsApp, aunque busca, por supuesto, seguir ampliándose.

“A mí en diciembre del año pasado me invitaron a ser embajadora de un evento para lectores en la Feria del Libro, auspiciado por la Editorial Gente Nueva, que al final no se realizó”, apunta la entrevistada.

“Entonces me dije:

—Bueno, para lo que me propongo no necesito por ahora el apoyo de una institución; puedo hacerlo y pruebo hasta dónde llego.—

Y aquí estamos: somos frutos de una idea que ha hecho historia, como dice nuestro eslogan”.

¿Cuéntanos de esa atípica circunstancia de comenzar sola y terminar con tan amplio equipo de trabajo?

Quizá se deba a mi costumbre de que, cuando se me ocurre algo, se lo cuento enseguida a los otros. No me da miedo. Pienso que la palabra tiene poder. Mientras más hablas de eso que pensaste, más cercano y real lo percibes tú y aquellos que te rodean. Soy escritora, además, graduada de Periodismo, lo cual me ayuda muchísimo en la comunicación.

Por aquel tiempo estuve conversando vía Internet con una muchacha creadora de portadas para libros. Descubrimos que estábamos en Cuba. Ella escribía y gestionaba un grupo en Facebook de 15 mil miembros. De inmediato me comentó que le interesaba la comunidad que yo empezaba a fundar. También tuvo una experiencia anterior con un proyecto que ya no estaba activo. Me facilitó los contactos de sus integrantes y así surgió nuestro primer espacio en WhatsApp.

Mientras fuimos interactuando noté quiénes tenían mayor interés y nos podían servir como “embajadores”: categoría especial para esos que, más allá de consumir nuestras ofertas, contribuyen cada día a impulsarnos.

Actualmente somos trece, contándome a mí. Los llamo mis doce apóstoles; representan el motor de BooKKuba: muchachos preparados, traductores, diseñadores, logopedas, sociólogos. Sin ellos, definitivamente, no hubiéramos podido hacer nada.

Con tamaña comunidad había que definir una meta…

Al principio simplemente queríamos unir a los lectores de la Isla: encontrarnos, interactuar, realizar eventos sencillos, como talleres, clubes de lectura. Sin embargo, aquello sin grandes pretensiones en cuanto a su dimensión y número de actividades devino algo gigantesco.

Hoy tenemos el objetivo definido de fomentar la obra de escritores cubanos, enfatizando en autores noveles, quienes despliegan su labor sobre las plataformas digitales debido a la dificultad de publicar un libro a nivel nacional o internacional. Intentamos crear una zona de esparcimiento para los amantes de cada género literario y socializar el conocimiento sobre las técnicas de escritura o la industria editorial.

Tiempo de fundación

Justo el 2 de marzo del presente año, BooKKuba concretó su lanzamiento oficial tras haber visto la luz: su primera presentación en físico más allá del entorno mediático. El lugar escogido para celebrar constituyó el centro Habana Espacios Creativos, situado en las calles Teniente Rey y Habana, de la capital.

Múltiples amantes de las letras, en su mayoría jóvenes, se dieron cita allí, junto a responsables del proyecto y algunos emprendedores con ofertas vinculadas al entorno literario, como stickers, marcadores de libros, cuadernos personalizados o dulces decorados con temáticas afines. Además, se efectuaron desfiles de cosplay, expoferias, venta de títulos, sorteos, competencias de conocimientos, talleres de escritura…

“Allí agrupamos lo que queríamos: las personas indicadas para ofrecerles la experiencia que deseábamos”, explica Dahomy.

“No obstante, no todo es color de rosa; también hemos afrontado dificultades. Una de las principales es la negativa de algunas instituciones para que accedamos a sus espacios. No todas, porque también es cierto que varias nos han abierto las puertas”, acota.

“Otro obstáculo representa la mala calidad del internet y cómo en ocasiones entorpece el trabajo”.

Quizá por eso, la creadora de BooKKuba destaca el apoyo de los participantes, “las poninas”, el tiempo dedicado, el esfuerzo de los “embajadores”, los cuales hicieron posible festejar por todo lo alto aquel lanzamiento, articulado con fondos propios.

¿Hasta este punto cuáles señalaría como hitos del proyecto y cuál sería su destino próximo?

El de mayor importancia, sin dudas, constituyó la inauguración. Representó nuestro Génesis, lo que nos ubicó finalmente dentro de la conciencia del público como una empresa seria y terminó de consolidarnos. Posteriormente llegaron, incluso, invitaciones a programas de televisión por la resonancia obtenida.

Gracias a eso le dimos mejor forma a la comunidad, de modo que establecimos un cronograma, en el que a cada día le corresponde una acción distinta. Hemos hecho talleres presenciales —tenemos dos en preparación ahora mismo: el primero sobre Industria y literatura; el segundo sobre Escritura creativa— y el día 4 de mayo concretamos uno sobre Mitología, en la Casa de la Poesía.

Incluiremos a futuro otros de Artes manuales, Creación de minilibros; también mantendremos los debates sobre lecturas en vivo, para trasladar al nivel físico aquello que realizamos día a día online, apenas por la satisfacción de conocer frente a frente a personas con las que solo teníamos contacto virtual.

Por otra parte, recientemente cerró la primera edición de nuestro concurso de escritura Alejandría, cuyo jurado de momento está compuesto por seis de las “embajadoras”, quienes poseen experiencia en plataformas digitales, libros publicados, ya sea en Wattpad o con editoriales extranjeras. Como premio, los ganadores reciben promoción de sus obras en los espacios de BooKKuba.

El sábado 27 de abril celebramos el primer festival de Sant Jordi en nuestro país. Además, queremos lanzar una revista de ficción literaria para escritores de plataformas digitales, que nombraremos igual que el proyecto, idea aún en estudio para ajustarnos a la Ley de Comunicación.

Teniendo en cuenta su labor de promoción literaria, ¿respaldan la alarma por la disminución acelerada de los hábitos de lectura en el mundo moderno?

Eso es un mito. La gente sí lee, pero resulta una actividad privada. Quizá no veas a alguien haciéndolo en un parque, pero seguro en sus casas la realizan o desde sus celulares. Además, hoy en día el público se ha agrupado en microcomunidades. Esto los separa del resto de las personas y por eso no son tan visibles.

También existe quien afirma que no le gusta “leer”. Nosotros creemos que simplemente no han encontrado el texto correcto y esa deviene justo una de nuestras misiones: “evangelizar” sobre ese hábito, convertir a más personas en lectores. Nuestro público ahora mismo viene siendo todo aquel mayor de seis años que pueda disfrutar un libro.

Para concluir, te pedimos que recomiendes al público tres libros de la literatura universal, tres autores cubanos a los que debemos llegar y tres libros de escritores salidos del propio BooKKuba…

De la literatura universal recomiendo La Biblia, un libro para abordar más allá de su connotación religiosa; Corazón, de Edmundo De Amicis, y cualquiera de las obras de la estadounidense Sherrilyn Kenyon.

Entre los escritores cubanos, sin menospreciar a otros, pienso que hay que pasarse por las páginas de Yoss, de la joven Elaine Vilar Madruga y de nuestra inigualable Carilda Oliver Labra.

Respecto a los libros de bookkubers, sugiero la saga Legendarios, de Jupiter Crown; Contrato Familia Feliz, de Karina Klove y Libérame, de Samantha Ross.

La lectura y/o escritura pueden ser maneras eventuales de lidiar con la realidad, pues estamos viviendo en un contexto de estrés constante. Muchas veces el libro es el único o mejor lugar al que podemos escapar y vale recordarlo.

(Tomado de Somos Jóvenes)