Por: Jessica Mesa Duarte
Aunque Morir un poco es un libro de ficción, resalta el carácter realista de sus cuentos. Ello se debe tal vez a la formación profesional de su autor, el periodista y escritor matancero Andy Jorge Blanco, quien mereció el Premio Celestino de Cuento 2024.
“En él pueden encontrar textos de ficción que abordan problemas actuales de Cuba y el mundo. Quise que fuera un libro cuyos lectores se identificaran con fenómenos como la emigración, la soledad, la desesperación y el vacío que deja consigo, las relaciones sexuales, el amor, la infidelidad, la prostitución.
“La ficción fue algo que llegó a mí de la mano del Centro Onelio. Mis primeros cuentos, que eran dos o tres, fueron con los que matriculé allí; por tanto este es un libro de principiante; pero me presenté porque el Celestino busca la joven narrativa cubana. Para mí es un orgullo tremendo ganarlo.
“Uno siempre tiene una intención cuando escribe, pero luego los lectores pueden sentir otras cosas. Los encargados de decir lo que recibieron de la lectura son quienes leen porque yo puedo tener una finalidad al escribir y el receptor sintió otra emoción o esa misma de otra manera. Es muy diversa la interpretación que se le puede dar y las sensaciones que despierta en cada uno.
“Algunas personas allegadas que lo han leído, en un espacio más íntimo, me han dicho que se han reído y que han llorado con el libro porque son temas que nos tocan muy de cerca a muchos cubanos, al tiempo que reflejan la condición humana en sí”.
Andy, con una experiencia profesional de cinco años como reportero, editor web y gestor de redes sociales en el sitio Cubadebate, se concentró en crear un libro para el concurso. “Algunos de los argumentos me venían rondando hace mucho tiempo y vi la oportunidad de sacarlos ahora”.
“Hay otros que sí decidí, los personajes, la temática y cómo abordarla, pensando en el Celestino. Surgieron de manera espontánea, con mucha dedicación, sentándome a trabajar y pensando en esas ideas mientras hacía otras actividades. Así fue creciendo, tomando forma”.
Graduado de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso y amante de la crónica, la entrevista y el reportaje, géneros que apuntan a lo narrativo dentro del periodismo, su principal motivación para participar en el certamen fue precisamente el propio concurso.
“Es un premio que tiene muchísimo prestigio en Cuba y el sello Ediciones La Luz también goza de igual notoriedad. Desde que me adentré en el mundo de la ficción fue un sueño participar y, cuando cursé estudios en el Centro Onelio, apareció esta idea romántica de tener un libro que dijera Premio Celestino.
“Sin embargo, siempre lo vi lejano porque le tengo muchísimo respeto y no me creía capaz de ganarlo, aunque guardaba para mí el deseo de hacerlo en algún momento. Esta fue una edición cerrada, la número 25. Eso, unido a que el Máster que estoy cursando me ha hecho volver a escribir ficción, me impulsó a intentarlo, con tremenda humildad y sin ninguna aspiración”.
Al decir del también locutor, la formación universitaria en Cuba, su preparación en el Centro Onelio y la Maestría en Escritura Creativa que cursa actualmente en la Universidad de Sevilla, han sido fundamentales en este resultado.
“El libro que, para dicha y felicidad mía, obtuvo el premio es producto de la formación que he tenido en los últimos tiempos, tanto en Cuba como en España. Ello ha determinado el escritor que soy hoy y el que seré.
“El Periodismo es una carrera muy útil no solo para quienes ejercerán como periodistas sino también para los escritores porque brinda muchas herramientas: la disciplina, el oficio, la rapidez, el lenguaje.
“Tuve profesores excelentes a lo largo de la carrera como Roger Ricardo, Rafael Grillo, Iraida Calzadilla, Jesús Arencibia y Noemí Madero, en el caso de los que tienen que ver con la redacción de textos periodísticos porque también tuve magníficos en cuanto a otras materias y todos contribuyeron a lo que soy hoy, por lo que siempre tendrán mi gratitud.
“Yo entré al Onelio porque también fue un sueño desde mediados de la carrera cuando pasé la asignatura de Técnicas narrativas. Allí conté con un claustro brillante, los profesores Sergio y Raúl, las profesoras Dazra y Yamila, así como escritores invitados de primerísimo nivel. Siempre me interesó escribir no ficción y el Onelio me despertó ese deseo de intentar escribir ficción.
“Esa fue una experiencia vital para mi formación como escritor porque aprendí las técnicas, a analizar con ojo crítico el trabajo propio, el de los demás compañeros de clase y el de los escritores con obras publicadas porque trabajamos con textos premiados o no pero de una calidad innegable. Es un curso de un año pero constantemente hay que volver a sus enseñanzas.
“En el Máster he podido estudiar la variedad de narradores y casi todas las semanas teníamos que entregar un texto al profesor de la asignatura Prosa de ficción sobre el tema. Ello también me motivó, lo aproveché en función del anhelo de presentarme al Celestino y llevé las dos cosas a la par”.
(Tomado de Cubahora)