Por: Vasily M. P.
Con las pilas siempre a full en el escenario, la actriz y vicepresidenta de la AHS en Ciego de Ávila, Nodailin Granado, mantiene una parsimonia contrastante en la vida real. Esto la lleva a ser equilibrada y a denotar que sabe mantener la compostura cuando se trata de escuchar y dar una opinión coherente.
Quizás por haber nacido en Santiago de Cuba le vibra en la sangre la pasión casi desenfrenada. Y ese color en la piel que es tan de Cuba, como su sol. Y por ser Instructora de arte, en teatro.
Desde diciembre de 2023, cuando asumió la vicepresidencia de esta organización en la Ciudad de los portales, los miembros le demuestran un respeto y cariño sobradamente ganados.
Y es que Nodilin, o Cuty, como le llaman, es dada al trabajo esforzado y la responsabilidad desbordante.
Ya ha tenido tres eventos importantes de las que ha tenido roles protagónicos, la cruzada cultural Siguiendo La Trocha, Estrofa Nueva y el Primer Encuentro Nacional Décima Cuerda, para demostrar de que tiene bien puesto los pies sobre la tierra y posee un espíritu de liderazgo que ya empieza a dar sus frutos.
En la Casa del Joven Creador se escucha su voz cantante y su risa de trueno, que atrapa y seduce.
Es una mujer de 31 años que no le teme a los desafíos y asume el día a día como lo que es, un reto. Y al reto de hacer la realidad más palpable, le dedica su empeño, pero con mesura.
Y es que Cuty prefiere apostar por el teatro para su mayor realización en la vida. Aunque no desestima el trabajo al servicio de sus asociados.
Cree, como muchos jóvenes hoy día, en el valor de la familia, en el consejo de sus padres y en el apoyo incondicional de su familia nuclear, esa con la que comparte el café mañanero y la frase más contundente.
Accedió a esta entrevista sin temor ni nervios. Acostumbrada a salir a escena para transmitir sensaciones y fuegos internos, Cuty denota que es parca al hablar, pero con todo el sentido de la responsabilidad en lo que dice y hace.
¿Cómo tú puedes trabajar en varios lugares?
—Es muy complicado. Casi no duermo pensando en lo que voy a hacer al otro día, en los ensayos, en la escuela, en la AHS. Buscar un tiempo para ir a mi casa allá en Velasco, Primero de Enero, para ver a mi mamá y atenderla, que es mi primera misión. Por suerte tengo una familia de oro. Llego a la casa y ya tengo casi todo hecho, me lo hizo mi ahijada, o mi suegra. Además, soy de los que creen que para lograr las cosas en la vida hay que tener entrega y dedicación y amar lo que lo que uno hace.
¿Qué pasó cuando te viste ya elegida como vicepresidenta de la AHS?
—Yo me quedé sin palabras, porque es un cargo muy importante y que hay que saberlo hacer.
“Cuando llegué a la casa y se lo dije a mi mamá, dijo, “ahora sí no vas a tener tiempo ni para respirar”. Pero nada, todo bien. Al final siempre ella me ha apoyado y hasta ahora todo bien. Y mi pareja siempre me ha ofrecido su resguardo”.
¿Eres consciente ahora de la responsabilidad que has asumido?
—Por supuesto. Responsabilidad no solo ante la membresía, también ante la imagen que proyecta la AHS en la provincia y el país. El respeto que se ha ganado como vanguardia juvenil. Y el reto de seguir empujando el quehacer artístico avileño como lo que es, una bomba de amor. Y hay que sostener eso que somos, continuidad, tanto en lo alcanzado, como en lo inculcado por la familia.
¿Ya has tenido tropiezos en la AHS?
—Los usuales. Los que provocan la escasez de tiempo. Los tropiezos de esperar por los demás para que se resuelva un hospedaje, un cheque, un presupuesto, una actividad. Pero somos un equipo. Y el mejor equipo del mundo, del que me siento orgullosa. No me dejan caer. Siempre con frases de aliento y siempre atentos.
Sé que el teatro es tu pasión. ¿Puedes hablarme de otras?
—Claro. La risa. La lectura. Y eso se lo debo a que me crié con mi abuela y mi ella leía mucho y siempre me aconsejaba, “lee”. También por eso que tengo tan buena ortografía. Y escribo poemas de amor, pero nunca –nunca– he tenido aspiraciones literarias. He escrito en conmemoración a alguna fecha, como el día de las madres y otras situaciones de la vida real. Y lo leo en mi aula, a mis estudiantes, como arma pedagógica. Prefiero autores como Pablo Neruda. También soy fanática de las canciones románticas. Y de Motivos personales, el Dúo Alma.
¿Tienes algún temor en la vida?
—Sí, y creo que es el peor temor que se pueda tener en la vida. Perder a mi mamá. Eso destruiría parte de lo que soy, por eso siempre es que lucho junto a ella.
¿No temes que tanto trabajo de oficina te robe tu pasión escénica, tu energía?
— No, mi energía es única, mi energía va, ahí, pá lante todo el tiempo. Cuando llego al teatro, mis compañeros me transmiten también una buena parte de esa energía. Y no me dejan caer. Igual que mis estudiantes. Todo el tiempo tengo el pensamiento de ir pá lante. Si antes no me veía en un cargo así, ahora ya es un reto, y un reto del que saldré con toda la pasión de la que soy capaz de demostrar.
(Tomado de AHS)