marzo 9, 2025
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Los jóvenes enfrentan una crisis de salud mental sin precedentes, según la ONU

Durante décadas, la felicidad se representó como una curva en U: una juventud despreocupada, una mediana edad más difícil y un repunte del bienestar en la vejez. Sin embargo, un nuevo informe encargado por la ONU revela que esta tendencia ha desaparecido. Ahora, el bienestar aumenta de manera constante con la edad, mientras los jóvenes enfrentan una crisis de salud mental sin precedentes, con niveles alarmantes de infelicidad, ansiedad y aislamiento social.

Los académicos Jean Twenge y David Blanchflower analizaron datos en seis países de habla inglesa —Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá, Irlanda y Nueva Zelanda— y concluyeron que esta crisis tendrá graves consecuencias económicas y sociales en el futuro si no se toman medidas urgentes.

El fin de la curva en U de la felicidad

Tradicionalmente, las encuestas mostraban que la felicidad seguía una trayectoria en U, con un mínimo en la mediana edad antes de recuperarse en la vejez. Sin embargo, los datos recientes indican que los niveles de bienestar colapsaron entre los jóvenes, y ahora la felicidad aumenta de manera lineal con la edad.

“Siempre hemos pensado que, a medida que la vida se vuelve más realista, la felicidad disminuye debido a las presiones, y después uno se da cuenta de que la vida no es tan mala. Tenemos que replantearnos todo ese pensamiento”, señaló Blanchflower, exresponsable de políticas del Banco de Inglaterra, en declaraciones a The Guardian.

Factores detrás de la crisis juvenil

La investigación identificó varios factores que contribuyen al deterioro del bienestar entre los jóvenes:

  1. El impacto de las redes sociales y el acoso en línea: Twenge documentó cómo el auge de las plataformas digitales ha reducido la interacción cara a cara, afectando negativamente el bienestar emocional. “Los jóvenes se han vuelto aislados. No es tanto que la gente esté sentada hablando por teléfono, sino lo que no están haciendo. No salen tanto, no juegan con sus amigos, no interactúan con otros o tienen tanto sexo”, explicó.
  2. Inseguridad económica y desigualdad intergeneracional: Muchos jóvenes enfrentan empleos precarios, bajos salarios y dificultades para acceder a vivienda propia, lo que genera incertidumbre sobre el futuro.
  3. Crisis climática y percepción de un mundo en deterioro: La ansiedad ecológica ha crecido en las últimas generaciones, reforzando un sentimiento de desesperanza sobre el futuro.

Datos alarmantes sobre la salud mental juvenil

El informe recopiló datos de múltiples encuestas que muestran un deterioro significativo del bienestar juvenil en los países analizados:

  • En Estados Unidos, el porcentaje de jóvenes que se sienten insatisfechos con sus vidas aumentó drásticamente desde 2013.
  • En Reino Unido, se registró un incremento en el uso de antidepresivos y en la tasa de trastornos de ansiedad entre adolescentes.
  • En Australia y Canadá, la proporción de jóvenes diagnosticados con trastornos de salud mental creció más rápido que en cualquier otro grupo de edad.
  • En Nueva Zelanda, la depresión y la ansiedad entre adolescentes aumentaron en más del 50% desde 2012.
  • En Irlanda, la tasa de autolesiones en menores de 25 años experimentó un crecimiento alarmante.

“No creo que haya ninguna duda de que estamos ante una crisis mundial absoluta. Los jóvenes están sumidos en un profundo caos y en serios problemas. La pregunta es ¿qué podemos hacer al respecto? No lo sabemos”, advirtió Blanchflower.

Consecuencias económicas y sociales

El deterioro de la salud mental juvenil no solo afecta la calidad de vida de las personas, sino que también podría tener graves repercusiones económicas y sociales. Blanchflower subrayó que un gran número de jóvenes con problemas de salud mental podría abandonar la escuela o el mercado laboral a una edad temprana, reduciendo la productividad global y afectando el crecimiento económico de los países afectados.

“La economía de esto es un asunto muy importante. Si los jóvenes no pueden completar su educación o mantener un empleo estable, tendremos una generación con menos oportunidades y más dificultades financieras a largo plazo”, señaló.

La búsqueda de soluciones

Ante la magnitud del problema, la ONU encargó más investigaciones para analizar si este fenómeno se replica en otras regiones del mundo. Los expertos coincidieron en que es necesario replantear las políticas de salud mental y la regulación de las redes sociales para reducir el impacto en las nuevas generaciones. Sin embargo, aún no existe un consenso claro sobre las soluciones más efectivas.

Twenge y Blanchflower advirtieron que, sin medidas urgentes, esta tendencia podría consolidarse, dejando a los jóvenes atrapados en un círculo de infelicidad e inestabilidad emocional.

(Con información de Infobae)

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