mayo 18, 2025
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La revolución de los jóvenes lectores

Mujer urbana de más de 55 años y estudios universitarios. Así era el retrato robot del lector frecuente en España en 2019, según el Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros en España. Un resultado que se asemeja al de informes anteriores, pero que tiene una notable diferencia con el último publicado, a principios de 2025, en el que se indica que las que más leen son mujeres jóvenes de entre 14 y 24 años. ¿A qué se debe este cambio?

“Entre otras cosas, a la pandemia”, adelanta Daniel Fernández desde la Federación de Gremios de Editores de España. “Ante la falta de ocio, muchos jóvenes se aficionaron a la lectura durante el confinamiento y lograron crear un hábito que, tal y como indican las cifras de venta, todavía hoy mantienen. A todo ello se suma el auge de las redes en aquel momento, con plataformas como Tik Tok, que potenciaron la lectura como un acto colectivo y no exclusivamente individual. Muchos jóvenes lectores empezaron a devorar libros por ocio pero, también, para tener más contenido del que hablar en sus perfiles y participar en clubes de lectura”.

La editora Míriam Espinar, de Crossbooks, ha visto como estos últimos años ha evolucionado la literatura juvenil y asegura que, en la última década, “el cambio es notable, pues las fronteras se han ampliado, tanto de público como de temáticas”. Admite que le enfada que parte de la población siga sin creerse que la franja de entre 14 y 24 años sea la que más se sumerge en los libros. El 75,3% de los jóvenes de estas edades asegura leer en su tiempo libre. “Los números no mienten. Si se venden mas libros es porque hay mas gente que los lee. No hace falta más que ver las largas colas que se forman. He visto a muchos bajo la lluvia para esperar conocer a su autor favorito, al que convierten en algo parecido a una estrella del rock”.

La pregunta que muchos se hacen es: ¿qué leen? “Lo que más triunfa es la fantasía. Pero no una cualquiera, sino aquella protagonizada por mujeres fuertes. Acostumbran además a tener casi siempre un componente romántico. El llamado romantasy funciona muy bien”, señala Espinar.

El público juvenil tiene otras formas de consumo cultural

El editor Daniel Fernández añade otro dato no menos reseñable: “Las historias contienen cada vez más sexo. Es un tema que interesa y mucho. La edad de iniciación amorosa ha bajado y las novelas que antes eran más blancas en este aspecto y solo mostraban el despertar adolescente, ahora precisan de un componente picante”. Cabe decir que existen grados de spice , tal y como denominan algunas booktokers que reseñan libros en TikTok, y que van desde inocentes encuentros de instituto hasta escenarios más complejos, presentados bajo la etiqueta de dark romance , en los que las mafias, los incestos, las dinámicas de poder o, incluso, las mutilaciones físicas son presentadas como algo erótico.

El dark romance es solo uno de los muchos subgéneros del New Adult . Este género madre se caracteriza, entre otras cosas, porque los personajes son jóvenes pero no tanto. Van la universidad o empiezan sus primeros trabajos. Que la Feria del Libro de Frankfurt abriera un pabellón de más de 8.000 metros dedicados en exclusiva al New Adult “es una muestra más de que el foco está puesto en la literatura juvenil”, apuntó en su momento a este diario Francisco Javier Sanz, director de gestión de obras literarias y audiovisuales en Planeta.

Editores de distintos sellos también señalan que, aunque en menor medida, algunos clásicos contemporáneos también son de interés de los más jóvenes. Con la ola feminista, por ejemplo, Virginia Woolf y Simone de Beauvoir han regresado con fuerza, igual que La peste , de Albert Camus, que jóvenes y adultos convirtieron de nuevo en best seller en los años de la covid.

Luego están autoras como Sarah J. Maas, que mezclan fantasía y clásico en Una corte de rosas y espinas , que es una adaptación de La bella y la bestia . Sus obras han sido traducidas a 38 idiomas y han vendido más de 35 millones de copias en el mundo. Cifras similares manejan la argentina radicada en España Mercedes Ron, el madrileño Eloy Moreno o la mallorquina Joana Marcús. Esta última es hoy la autora española más vendida en Latinoamérica, según la consultora Nielsen. 

Quien también demostró el furor juvenil hace poco menos de un mes es Rebecca Yarros con su Alas de ónix ( Planeta / Columna), la tercera entrega de la saga de fantasía Empíreo, que superó los 120.000 ejemplares vendidos en menos de una semana en España. Raquel Martínez solo ha permitido a su hija Carla una vez, el 22 de enero, que se saltara un par de clases. “Me convenció para hacer cola a las 8 de la mañana. Para mi sorpresa, habían unas diez jóvenes y, al poco, se multiplicaron”. La escena se repitió en diversos comercios del mundo y los libreros la compararon con el furor que se desató a principios de los 2000 con Harry Potter, el niño mago de J.K. Rowling que hizo lectora a varias generaciones.

(Tomado de La Vanguardia)

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