Una variante del rosa o naranja, quizás el más cercano al tono de un melocotón o del cielo en un atardecer de ensueño; así definen algunos entendidos del mundo de la moda y las industrias creativas al color del 2024: el Peach Fuzz que, según Pantone, es capaz de transmitir un mensaje de cercanía, calidez y elegancia, y que pone fin al actual reinado del Viva Magenta.
Pero… ¿Cómo se selecciona el color de un año entre la amplia gama de tonalidades que nos circundan? ¿Quiénes son los responsables de tal elección?
La proclamación del color del año se ha convertido, en los últimos 25 años, en uno de los momentos más ansiados por los diseñadores de todas las partes del orbe, surgido como el programa educativo Pantone Color of the Year, con la intención de marcar el rumbo, desde la moda hasta la industria automotriz.
De acuerdo con autoridades del Pantone Color Institute, la definición del tono anual exige la participación de expertos cuyo nombre se mantiene en secreto y exploran mundialmente todo lo relacionado con el color. Según la vicepresidenta del Instituto, Laure Pressman, el trabajo de ese importante grupo “puede incluir la industria del entretenimiento y las películas en producción, las colecciones de arte itinerantes y los nuevos artistas, la moda, todos los ámbitos del diseño”.
Los viajes, los cambios en el estilo de vida y hasta “las condiciones socioeconómicas” también influyen en la elección del color del año de Pantone, a través de un proceso de selección que, además de irrepetible, a decir de Pressman, “tiene un peso diferente de un año a otro, dependiendo de lo que ocurra en nuestra cultura en ese momento”.
De ahí que el organismo haya insistido, por ejemplo, en las motivaciones de la lección de su color del año 2024, el Peach Fuzz como un tono que “evoca calma y nos ofrece un espacio en el que podamos vivir, sentir, sanar”.
En medio del misterio que envuelve el proceso de selección, ha trascendido que no se realiza de forma presencial, pues los expertos que participan provienen de distintas latitudes, algunos tienen despachos y otros son incluso teóricos del color.
Asimismo, desde que en 1999 Pantone eligió su primer color del año, el Instituto ha enfatizado que la elección anual es “pura” y que nadie de su equipo mundial acude a ningún debate del Pantone Color of the Year con una agenda comercial ni sus preferencias personales.
De igual modo, la elección implica revisitar los archivos del Instituto, repasar sus cerca de 20 000 tonos e incluso impulsar la creatividad para ofrecer soluciones, que incluyen en ocasiones la combinación de tonalidades existentes y la creación de nuevos tonos cuando el catálogo no expresa lo que el color en turno debe transmitir.
La identidad visual del tono seleccionado es solo una parte de su fuerza. El resto está en el nombre, que igualmente se debate para resumir la imagen y sensación. “Queremos asegurarnos de que el nombre de nuestro Pantone Color of the Year resuene y pueda transmitir fácil e intuitivamente el mensaje que queremos transmitir”.
(Con información de Pantone y Vogue)
