noviembre 22, 2024
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Cantar al amor, aunque no esté de moda

Por: Dorelys Canivell Canal

Es un médico que se ha vuelto músico, aunque su pasión por la melodía llegó mucho antes que la Medicina. A decir verdad, uno no logra saber qué disfruta más Juan Luis Hernández Hernández. A sus 28 años de edad es fisiatra, trabaja en la sala de rehabilitación del policlínico Raúl Sánchez y tiene un montón de letras escritas y musicalizadas; por si fuera poco, algunas tienen hasta video.

Y uno no logra saber qué disfruta más porque se apasiona hablando tanto de la música y de cuánto aprendió de forma autodidacta, ya que cuando quería saber tres acordes de su guitarra para ponerle música a aquellos poemas que se le agolpaban en la cabeza, un profesor se empeñó en que aprendiera solfeo.

Buscó en internet, descargó tutoriales y aprendió. Educó la voz y siguió escribiendo. A cada texto suyo le pone la música, otras veces tiene una melodía revoloteando por ahí y algún amigo lo ayuda a que quede mejor.

Pero entonces uno no sabe qué disfruta más, porque asegura que nada se compara con ver a un paciente mejorar, caminar de nuevo, sentir alivio, algo que, en su especialidad, como en otras, se aprecia de una forma más evidente.

Recuerda a una paciente que tuvo su equipo siendo aún residente de Fisiatría: una mujer que era estomatóloga y que debido a una mielitis transversa había dejado de caminar. “La lesión era dorsal, bien alta, apenas movía un poco las manos. La literatura y los profesores nos habían dicho que con ese tipo de patologías era difícil devolverles la movilidad. Y aunque uno siempre espera, al menos, mejorar la calidad de vida del paciente, ella consiguió andar, incluso, volvió a trabajar”.

Da la entrevista corriendo, pues va a visitar a otro paciente a la casa, y por un momento no le importa el salario de un médico ni que cualquier persona cobre más que él.

Juan Luis es conocido en el mundo musical y en las redes como Jeylu, un apodo que tomó del sobrenombre que le puso un amigo siendo adolescente, aunque para muchos debería ser solo Juan. Miembro de la AHS desde hace apenas un tiempo, este joven defiende las letras que “siempre digan algo”.

¿A qué le canta Jeylu?

—Al amor. No paso trabajo para componer. No necesito una noche de concentración, sin que suene poco modesto, si me siento a escribir, escribo. Unas veces salen cosas mejores, otras no tanto, pero la idea está ahí. Y siempre los temas son románticos, historias de mi experiencia personal o de mis amigos. Tengo uno que cuando escuchó su canción, se le erizaba la piel. Yo le canto a eso y trato de que sea con una letra bonita, de buen gusto, que enamore. Eso no se encuentra fácil hoy en día.

¿Y cómo llegas a la guitarra?

—Gracias a mis padres. Todo en mi carrera, que recién comienza, se lo debo a mi familia, que no ha desistido jamás, que no ha visto en mi pasión por la música una locura.

“Mi primera guitarra me la compraron ellos, y estuvo en el cuarto un buen tiempo hasta que aprendí a tocarla. Después pensé que debía saber tocar el piano. Otra vez busqué y no soy pianista, pero me hago acompañar del piano, si buscamos las notas de una canción podemos tocarla. Para eso ya tenía unos ahorros y compré una pianola”.

Entonces tienes mucho que agradecer a tu familia…

—Fíjate si mis padres me han ayudado que, incluso después de graduado, me han retirado obligaciones o responsabilidades en el hogar para que pueda dedicarme a la música. La casa es un biplanta y la sala de la primera planta la estoy convirtiendo, poco a poco, en un estudio.

“Es la familia y el círculo más allegado de amistades mi primer filtro, los más críticos, los que me hablan sin tapujos, y eso me gusta, porque sé que puedo confiar en ellos”.

¿Qué tipo de música defiendes y cuáles son tus referentes?

—Hago pop. Puede ser más movido, más suave, pero siempre es un pop romántico y lo mezclo con ritmos más tradicionales, con baladas, con flamenco. Me gusta experimentar también. “Desde hace muchos años me gustaba la música de Nassiry Lugo, crecí escuchando a Moneda Dura, una agrupación que hizo bailar y reflexionar a muchos jóvenes cubanos, entonces creo que tengo mucho de él en mi formación.

“Hace un tiempo se interesó en lo que hacía y pretendo compartir un tema en el disco que estamos armando. Otro sería con JMiló, amigo y cantante vueltabajero que me ha ayudado cantidad, incluso antes de ingresar a la AHS. Igualmente tengo preferencia por la música española, y de ella he bebido, sin dudas”.

Cuéntame de las producciones audiovisuales.

—Parte de ella está en las redes, cada video que hemos hecho está ahí, publicado o programado. Creo que tanto en las composiciones como en las realizaciones audiovisuales hemos madurado. Agradezco infinitamente a Raúl Chardi, mi productor, que me abrió los brazos y decidió acompañarnos, brindó su conocimiento, su experiencia, incluido sus equipos, para que este camino de la música fuera menos complicado.

“Nelson Simón también nos dijo que podíamos usar la Uneac como locación; Laura Alonso, una cantante y actriz del Lírico, me ha servido como modelo varias veces y ahí están los videos en el canal de Youtube con más de mil suscriptores. Soy de ti, Y no lo ves y Te soñé son algunos de los que aparecen publicados.

“Aun con apoyo se hace complejo. La música es un mundo en el que todo cuesta bien caro, desde grabar en un estudio con más o menos condiciones hasta garantizar un transporte para moverte entre las locaciones. A veces uno se desanima, pero le vuelve a poner ganas. La clave está en no desistir jamás y luchar por lo que se quiere”.

Apenas inicias en el videoclip y ya conocen a Jeylu en los Lucas…

—El año pasado entregué dos videos y uno, Soy de ti, fue prenominado en la categoría de Video más Popular del Año. Esa prenominación ya era un premio para mí. Este año pretendía entregar otros dos, pero la dirección del evento mostró interés por el segundo del año pasado. Entonces vamos a ver qué pasa. Confío en el trabajo que estamos haciendo.

Ejercer la medicina lleva tiempo, consagración, estudio. Crear, componer, musicalizar también ¿Cómo organizas el tiempo?

—Es complejo, pero se logra. Primero, porque reitero, tengo una familia que constantemente me cubre las espaldas, y segundo, porque me organizo. Cumplo con mi trabajo, veo a mis pacientes, estudio, tengo que ir hasta las casas, pero siempre queda tiempo para hacer y disfrutar de la música. No creas que a veces no me siento apretado con el tiempo, pero se consigue.

¿Y si tuvieras que elegir un día entre la Medicina y la música?

—Debo mi carrera como médico a todos los años de estudio, de sacrificio y a mis padres, a todos los días y noches que he pasado estudiando cada materia. Pero ojalá un día tuviera que elegir, eso querrá decir que he crecido lo suficiente en la música como para dedicarme solamente a ella.

(Tomado de Guerrillero)

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