marzo 10, 2025
Historias

Meyvis Estévez: Compromiso y liderazgo para empoderar a las nuevas generaciones

Para Meyvis Estévez, uno de los desafíos más grandes que podría imaginar fue convertirse en Primera Secretaria de la UJC. Se trata de representar y conducir los intereses de los jóvenes, de las niñas, niños y adolescentes. Lleva en sus hombros la responsabilidad mayúscula que implica estar a la altura de esta generación y de las venideras. 

Es precisa mucha preparación, sensibilidad y sentido del deber para estar conectados con esos grupos etarios con formas de pensar, preferencias y sueños. Son tiempos de muchas influencias sobre los jóvenes y la UJC le toca potenciar los valores que nos garantizan la continuidad del proceso revolucionario y esa es una labor inmensa y cotidiana”.

La joven cuenta que el mayor desafío al que se enfrenta día a día es estar a la altura de todo lo que las nuevas generaciones esperan y necesitan, para unirlos en ese empeño de amar a Cuba y defender nuestras conquistas. Ratifica también que es grande el reto de renovar los códigos y mensajes, algo que solo se logra con empatía y la fuerza moral del ejemplo. 

“No hay ningún éxito que tenga su valía por una acción personal, sino por la gestión de todo el equipo que conforma al Buró Nacional que me ha tocado encabezar. Estamos revitalizando el contacto con la historia y apostamos además por multiplicar la ciencia en función del desarrollo y sumando creatividad, creo que son razones para estar motivados, pero muy insatisfechos aún, porque nos falta mucho más de lo que hemos logrado”.

Meyvis comenta que la UJC atiende a todos los jóvenes más allá de su militancia o no, y para ello existe una gran fortaleza en estas organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, por tanto, es casi cotidiana la experiencia de intercambiar con otros jóvenes de muchos sectores. Esperamos que sigan viendo en esta su organización, capaz de representarlos en todo momento, siempre que prime el interés común de defender el proyecto de sociedad que construye Cuba. 

“Estar en esta organización ha sido una escuela de alto rigor, donde cada día se aprende a ser útil de alguna manera y te obliga a estudiar, a leer y analizar el complejo tablero de la realidad cubana y de las tendencias juveniles. Eso significa ciencia y observación, diálogo y búsqueda, creo que pocas cosas ayudan tanto a crecer como seres humanos y profesionales como esta responsabilidad que hoy me ha tocado”.

La joven ha desarrollado disímiles competencias y habilidades durante su tiempo en este cargo, entre ellas está aprender a escuchar con empatía, para así estar pendiente de los detalles. Luego está la habilidad de multiplicar el esfuerzo compartiéndolo entre todos, lo que algunos denominan delegar con eficiencia, también pueda mencionar el valor del trabajo, algo en lo que el Comandante en Jefe Fidel siempre insistió y en lo que él fue un verdadero maestro. 

“Estoy muy lejos aún de consolidar esas habilidades y otras, pero el trabajo diario me permite irlas afinando y se aprende algo nuevo en cada jornada, se aprende de los errores y esa es otra de las habilidades más importantes que desarrollamos”.

Llevar sus labores como profesional y su vida personal a veces se vuelve complejo, porque los rigores del trabajo tienden a limitar el muchísimo su tiempo, Sin embargo ha logrado combinar bastante bien ambas aristas.

“Disfruto mi trabajo y eso elimina barreras entre lo personal y lo profesional, lo que hacemos es también mucho de lo que hacen los jóvenes como yo, por tanto, siempre se están mezclando mis gustos y mis tareas, en muchas ocasiones casi sin darme cuenta. Pero también sigo atendiendo mi familia y saco tiempo para ellos porque es algo que nadie pude descuidar, es la célula fundamental de la sociedad y allí hay valores que no pueden descuidarse”.

“Hay que aprovechar las oportunidades de aprendizaje y formación, porque la educación y el desarrollo personal son claves. Piensen en cómo sus acciones de hoy impactarán en las generaciones futuras, no se limiten a ser observadores, son tiempos de involucrarse, participar, ser agentes de cambios. Cada uno de nosotros tiene el potencial de marcar la diferencia. La energía, ideas y compromiso son el mejor camino para asumir esta tarea”.

En contextos tan desafiantes, el futuro de la UJC, al igual que el del resto de las organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, deben estar a tono con las nuevas realidades y necesidades de las juventudes cubanas, un grupo muy heterogéneo, diverso y amplio.

“Debemos modernizar nuestros enfoques y estrategias para atraer a una juventud que busca respuestas a muchos de los problemas que vivimos hoy. Propiciar espacios donde los jóvenes puedan expresar sus inquietudes, ideas y propuestas. Fomentar un diálogo abierto y constructivo será clave para conectar con las nuevas generaciones”.

“Tenemos la oportunidad de empoderar a los jóvenes, brindándoles herramientas y espacios para desarrollar habilidades de liderazgo. Esto no solo beneficia a la organización, sino también a la sociedad en general. En tiempos de desafíos, la UJC puede desempeñar un papel importante al involucrarse en iniciativas que aborden directamente las necesidades de la juventud, como el empleo, la educación y la salud”.

Meyvis concibe a la UJC como una organización que debe promover proyectos innovadores que respondan a las realidades locales, allí en el escenario donde está y actúa el joven, en su pequeño pedacito, porque eso puede ayudar a revitalizar el interés colectivo. 

“Estamos convencidos de que deben existir iniciativas que utilicen la tecnología, las redes sociales y enfoques creativos para atraer a más jóvenes. En un contexto donde ellos buscan mayor participación y reconocimiento, la UJC desempeña un papel importante en la defensa de sus derechos y en la promoción de políticas que beneficien a la juventud como lo estamos haciendo ahora con la discusión del proyecto ley de Código de la niñez, adolescencias y juventudes”.

El mañana dependerá de la capacidad que tenga nuestra UJC para soñar, para aportar, para crecer, para reinventarse y conectar con las aspiraciones de los jóvenes cubanos.

“Lo sigo viendo como un futuro de vanguardia, de reconocimiento social y de continuidad. Tendrá que ser así porque no ha existido ni creo que existirá ningún momento de la historia revolucionaria donde no sea urgente una organización como la UJC capaz de aglutinar y representar esos intereses tan vitales”.

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