El cine constituye por virtud de sus características un instrumento de opinión y formación de la conciencia individual y colectiva y puede contribuir a hacer más profundo y diáfano el espíritu revolucionario y sostener su aliento creador.
Así reza el segundo por cuanto de la ley 169 que marca la creación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), institución que este 2024 cumplió 65 años.
La fundación del ICAIC fue la primera ley dictada para la esfera de cultura por el naciente gobierno revolucionario, produciéndose así el surgimiento de una cinematografía de nuevo carácter que se encontró sin precedentes ni tradiciones.
Una realidad extraordinariamente rica en hechos y circunstancias, significó un reto para los nuevos directores de cine que con nueva mirada y libertad creativa que afrontaron temas que aparecieron por primera vez en un espectro amplio y diverso.
El ICAIC asumió la producción, distribución y exhibición de un nuevo cine representativo, desde sus inicios, de una expresión cinematográfica verdaderamente nacional.
Además de poner en marcha la producción de un cine de ficción, documental y de animación, ha dedicado grandes esfuerzos a exhibir obras de la cinematográfica mundial con el objetivo de elevar el nivel cultural y conseguir la transformación de un gusto deformado por décadas.
Pero el ICAIC ha sido mucho más, pues como proyecto ha sentado pautas en la cultura nacional. Ha realizado la producción cinematográfica de 65 años y conserva un patrimonio rico en imágenes que recoge el devenir del acontecer cubano de más de un siglo, lo que constituye un valioso material de análisis de la historia de nuestro país.
La creación del grupo de experimentación sonora del ICAIC bajo la dirección del compositor e intérprete Leo Brouwer y de la Revista de Cine Cubano, cuya edición se apartó totalmente del estilo comercial de las que existían con anterioridad para dedicar sus páginas a la orientación y debate sobre las producciones de nuestro país y también de Sudamérica, son aportes sin precedentes del ICAIC a la cultura cubana.
Pero sin dudas uno de los méritos mayores de esta institución lo constituye la transformación del público cubano al posibilitar su evolución a un espectador activo, capaz de enjuiciar críticamente el cine.
(Tomado de Cubainformación)