Por: Melissa Mavis Villar de Bardet
Por estos días en que la obra Réquiem por Yarini regresa a las tablas gracias a Teatro El Público, dirigida por el Premio Nacional de Teatro Carlos Díaz, el popular actor Denys Alejandro Ramos Antúnez ofreció detalles en exclusiva para la Agencia Cubana de Noticias.
Para quien lleva 15 años trabajando en esta compañía, acudir al llamado de su director es un deber. Jamás podré negarme a una invitación del maestro Carlos Díaz, y menos si es para formar parte de una puesta en la que muchos quisieran participar, comentó Ramos.
Junto a los actores Roberto Romero, Fernando Ramírez y Carlos Migueles, Denys interpreta uno de los cuatro Alejandro Yarini, personaje basado en el famoso proxeneta habanero del siglo XIX, cuya historia en el barrio San Isidro constituye leyenda en Cuba.
Este amante de los clásicos asume hoy su nuevo rol con esa entrega y naturalidad que lo caracteriza cuando está en escena. Precisamente, durante el mes de julio pueden encontrarlo en el capitalino Teatro Trianón, donde las funciones se realizan los viernes y sábados a las 8:00 p.m. y domingos a las 5:00 p.m.
Para este joven actor ha sido un placer compartir con un elenco de lujo, donde se encuentran estudiantes egresados de la Universidad de las Artes y reconocidas figuras cubanas de la talla de Verónica Lynn.
Réquiem por Yarini resulta un logro más de este “niño” que llegó “jugando”.
Sentados en el lobby del Ministerio de Cultura y un poco apurado por irse para sus ensayos, expresó:
—¡Jugar!
—¿Por qué?
—Porque empezó jugando.
Así de sencilla fue su respuesta, al preguntarle con qué palabra describiría la actuación.
Desde pequeño disfrutaba imitar personajes de aventuras y dibujos animados. Recuerdo un día en que mi hermano y unos amigos se encontraban jugando fútbol, y cogí un pomo y empecé: champán, champán… haciendo como un brindis, y luego les tiré agua, contó entre risas.
Casualmente —explicó—, ese día un muchacho, Amaury Guerra, que estaba en el taller de Humberto Rodríguez, me preguntó si me gustaba la actuación. Sin tener idea de nada, respondí que sí.
Hice El Niño en la obra Yerma, y estuve ahí unos meses hasta que mi mamá me sacó del taller, porque estábamos en pleno período especial, con problemas económicos, no tenía ni zapatos, terminaba los ensayos de madrugada y, a veces, tenía escuela al otro día, en fin…, confesó el actor.
Así fue el primer paso de una carrera artística que vino después, cuando retomó la actuación a sus 13 años, vinculándose al proyecto La Terraza, del destacado actor Adolfo Llauradó, donde supo lo que era la actuación como tal y decidió estudiarla.
Este hombre alto, elegante y serio ha tenido una notable presencia en la televisión, el cine, el teatro y la radio cubana, consolidándose como una figura cuya trayectoria llena de éxitos y aplausos hay que tener en cuenta.
Cada papel que interpreta lo catapulta a la fama y lo hace entrañable para el público, que disfrutó su papel en la teleserie Los tres Villalobos; Ahmed, en la telenovela Historias de fuego; Rangel, en Tú; Pavel, en De amores y esperanzas; Lester en la serie Zoológico; Shidarta, en Aquí estamos; así como Rafael (Felo) en la nueva telenovela, Renacer, y otros.
Shidarta, por ejemplo —mencionó Denys—, tuvo gran aceptación.
Resultó un personaje contemporáneo y lleno de conflictos, para el cual tuve que trabajar muchísimo, recibir clases de guitarra, canto, danza, patinaje y hasta actuación.
Según Ramos, además, ha tenido que practicar equitación, natación o cualquier otro deporte, para ajustarse a las exigencias de cada director y las características de un personaje en particular.
Actuar lleva un estudio constante, porque cada vez que aceptas un papel nuevo tienes que transformarte y ver cómo entrelazas tu estética con lo que te piden, para lograr un buen desempeño, aclaró.
A decir de muchos, a Denys le quedan mejor los antagónicos, sin embargo, él prefiere personajes que tengan detrás una historia interesante y le permitan desdoblarse y salir de su zona de confort.
Soy una persona que disfruta cada proceso, ya sea bajar, subir de peso, o lo que requiera encarnar un determinado papel; la idea es ponerse a prueba en todo momento y ver qué más puedes dar, agregó.
Detrás de cámara Denys suele ser jaranero, familiar, prefiere compartir con amigos, aprecia las manualidades, y en su tiempo libre prefiere leer, estudiar, investigar, así como trabajar, ir a la playa, y mucho más.
Trata siempre de estar a gusto, pues detesta los momentos incómodos, los lugares que le generen tensión, y si por casualidad hay tumulto, prefiere pasar desapercibido y ponerse a meditar.
Quien ve a este joven seguro de sí mismo y capaz de asumir cualquier reto, no imagina que ya exhibe sus 40 años y teme tener que adaptarse a nuevos personajes que lo saquen de sus papeles de muchachitos, y aunque no tiene hijos y ya hizo de padre, siente que la edad puede condicionarlo en algún momento; para ese entonces, tal vez madure el niño que llegó… jugando.
(Tomado de CubaSí)