noviembre 22, 2024
Historias

Jóvenes universitarios: El desafío de emprender

Cuando hablamos de emprender nos pueden venir muchas palabras a la mente que van relacionadas con nuestro contexto cubano actual, palabras como superación, independencia y por qué no, éxito. Muchos jóvenes universitarios en la Cuba de hoy ya no solo se dedican a estudiar, ser más independientes se ha vuelto casi una necesidad y buscan alternativas para lograrlo, en ocasiones en trabajos relacionados con su carrera, pero en otras, ponen en práctica sus habilidades y talentos, que van desde la costura hasta el conocimiento de cosmética natural.

Diana, Gabriela y Maday son estudiantes universitarias que decidieron crear sus emprendimientos mientras estudiaban, lo que ha supuesto un incremento en el rigor de sus tareas diarias, pero a su vez una satisfacción por lograr tener un poco más de autonomía.

En el caso de Diana López, que estudia tercer año de Comunicación Social creó con su hermana Bloom accesorios, un emprendimiento de bisutería  por ellas.

Bloom accesorios lo comenzamos mi hermana y yo hace un año, más o menos. A nosotras desde pequeñitas nos encanta hacer pulsitos, collares, y ese tipo de accesorios. Antes lo hacíamos para la familia, pero un día resultó que mi hermana llevó algunos a su escuela y a sus amigas les encantaron y decidimos empezar a venderlos, porque la verdad que es algo que nos gusta muchísimo a las dos”, comenta

Según nos cuenta Gabriela Ruso, quien es estudiante de Licenciatura en Turismo, su emprendimiento Es Natural lo creó junto a su mamá durante la pandemia, pues se quedó sin trabajo y como poseían conocimientos sobre cosmética, decidieron formar algo juntas, “de ellas”.

“Mi mamá trabaja en un spa y también le gustan mucho las cosas naturales y la cosmética. Entonces por eso creamos una tienda de productos naturales con una onda ecológica”, afirma Gabriela.

Maday, que estudia cuarto año de Licenciatura en Química, fundó con una amiga de la beca a principios de este año LabCrafted crochet, un emprendimiento de accesorios tejidos. Este le permitía poner en práctica los conocimientos sobre tejido que adquirió durante la pandemia y de paso aliviar la carga económica de sus padres, que al ser ellas becadas, no es poca.

“Optamos por el nombre LabCrafted crochet para asociar un poco lo que es el crochet con nuestra carrera universitaria. Entonces creamos el emprendimiento con la idea de un espacio de un laboratorio, pero en vez de elaborar productos químicos, serían crochet”.

“Primero empezamos con las blusas, pero resultó muy complicado porque hay que tomar las medidas de las personas. No todo el mundo tiene economía como para poder comprarse una prenda de ropa tejida, el hilo no es nada barato. Por ello decidimos elaborar productos más pequeños como aretes y llaveros”, dice Maday.

Para estas muchachas llevar su pequeño negocio junto con su carrera universitaria ha supuesto un reto mayor, sin embargo, cada una de ellas ha logrado un balance entre su ámbito laboral y estudiantil.

“Es bastante complicado, porque la universidad demanda muchísimo tiempo y el emprendimiento también. Más allá de ambas cosas, nos encargamos de la casa y muchas veces es bastante difícil continuar con esto, pero tengo a mi hermana y nos ayudamos la una a la otra”, nos comparte Diana.

Para Gabriela tampoco deja de ser duro: “El trabajo del emprendimiento lleva tiempo y en mi caso, soy yo quien maneja las redes y hace el diseño de las publicaciones, así como la fotografía de los productos. Hay que estar también constantemente atendiendo a las personas que te escriben por WhatsApp para los encargos. A veces uno llega de la universidad y no tiene ganas de hacer nada, pero vale la pena sacar el tiempo

Maday, en cambio lo ve como una forma de aprovechar su tiempo libre: “Elegimos este tipo de artesanías porque es algo que puedes hacer en cualquier lugar. Por ejemplo, cuando estás en una parada esperando la guagua para ir a la facultad o en el tiempo que demora una reacción química y tienes que estar ahí vigilándola, así podemos hacer algo útil en esos instantes que de otra manera hubiéramos desperdiciado”.

En algo que las tres coinciden es que las redes sociales han sido sus mejores aliadas y aunque la usen con mayor o menos frecuencia han sabido aprovecharlas para dar a conocer sus productos. En el caso de Gabriela, usan Instagram, Facebook y un grupo de Whatsapp en donde atienden fundamentalmente a los clientes. Diana señala que su perfil de Instagram es el lugar principal donde radica su público, aunque usa también Whatsapp para los clientes más fieles. Maday por su parte nos confiesa que no generan tanto contenido, pero que Instagram le facilita mostrar sus nuevos diseños.

A Diana su emprendimiento le ha aportado tanto personal como profesionalmente: “Hacer accesorios me da mucha paz y tranquilidad. Me desconecta por completo de todo el estrés que me puedan dar los estudios y los otros trabajos. Es como mi momento creativo y me siento renovada después que termino de trabajar. En cuanto al ámbito profesional me permite manejar las redes sociales de mi propio negocio y enfrentarme a sus algoritmos y poner en práctica todo lo aprendido en mi carrera”.

“Siento que Es Natural me ha preparado bastante para después enfrentarme a un trabajo real, por así decirlo, y económicamente también es una ayuda ya que ahora mismo todo está tan caro y el hecho de tener otra entrada de dinero y no depender tanto de mis padres es un alivio. Además, puedo incorporar los conocimientos de marketing aprendidos en mi carrera y chocar con la realidad”, asegura Gabriela.


A Maday elaborar sus accesorios también le ha permitido encontrar momentos de paz y relajación: “El crochet tiene la ventaja de que desestresa mucho y te ayuda a concentrarte y eso realmente lo he sentido desde que empecé a tejer”.

Cuando comenzamos un proyecto, por muy pequeño que pueda ser siempre tenemos aspiraciones con él, soñamos en grande con la esperanza de que algún día podamos materializarlo. Este no deja de ser el caso de Diana, Gabriela y Maday.

“Nos gustan mucho los proyectos sociales y nos encantaría abrir talleres para niñas, niños y adolescentes para que aprendan a hacer sus propias prendas. Esto es algo que venimos pensando hace un tiempo porque nos encantaría tener espacios en el verano o en las semanas de receso, creemos que es una forma de sacarlos de la rutina”.

“También aspiramos a tener nuestra propia sede y llegar a muchísimas personas y que eso nos permita expandirnos, y de esa forma ser una fuente de empleo, lo cual es bastante importante, así aportaríamos un poco más a la sociedad”, expresa Diana.

A Gabriela también le gustaría expandirse para llegar a más personas: “Quisiera poder ampliar más mi tienda virtual, pero ahora mismo con la universidad, no tengo esa posibilidad. Quizás algún día tendré una espacio físico para comercializar mis productos”.

Maday se suma al resto y comparte algunas de sus aspiraciones con su emprendimiento: “Nuestra meta es tener un punto fijo que quiera vender nuestros productos, aunque se torna algo complicado, pues últimamente ha crecido el número de personas que están haciendo accesorios tejidos y casi siempre los puntos de venta de estos artículos fabrican sus propios productos. Pretendemos también tener en un tiempo muchísima más experiencia para hacer prendas más complejas y diversas”.

Entre estas tres muchachas hay muchas cosas en común aparte de ser estudiantes universitarias y tener emprendimientos, están las ganas de superarse, de aprender y de crecer. Sus proyectos van más allá de lo monetario, que, si bien ayuda a que tengan su independencia, el hecho de encontrar espacios no tan afines a sus carreras para hacer algo útil, tanto para ellas como para quienes acceden a sus productos, es admirable.

Como Diana, Gabriela y Maday existen otros estudiantes y jóvenes que apuestan por sus dotes y creatividad para buscar alternativas tanto de empleo como de desarrollo personal y profesional. Esto muestra el ímpetu de la juventud por salir adelante y brindar servicios que, en menor o mayor escala, puedan contribuir a la sociedad cubana, que a día de hoy lo necesita más que nunca.

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