noviembre 22, 2024
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“Me siento afortunada de haberme podido dedicar a la literatura”

Por: Lisandra Pérez Coto

A Náthaly Hernández Chávez, la joven matancera que hace escasos días recibió el premio del concurso Celestino de Cuento 2023 por su volumen La figura sobre el puente, le cuesta decidirse por un género literario a la hora de escribir.

Miembro de una generación de jóvenes exponentes consagrados a la poesía, la narrativa o la ciencia ficción y fantasía, Náthaly prefiere moverse entre estas alternativas que le permiten crear, desde la escritura, piezas de una calidad reconocida no solo por sus contemporáneos, sino merecedoras además de varios premios de carácter nacional.

Entre ellos resaltan Premio David 2021 en la categoría de Ciencia Ficción y Fantasía; el primer Premio en el Certamen de Cuentos de Alta Literatura entregado durante la más reciente edición de la Feria del Libro en Matanzas; su Mención en la categoría de Ciencia Ficción del concurso Oscar Hurtado y la primera Mención en el Concurso Vladimir Zamora de Poesía convocado por el Caimán Barbudo.

Para la joven periodista, miembro de la AHS en Matanzas y editora de Ediciones Matanzas, la literatura es un placer al que no piensa renunciar y al que se consagran sus ambiciones profesionales más inmediatas. Con ella conversamos en Periódico Girón.

— En los últimos años has sido merecedora de importantes certámenes literarios nacionales. ¿Qué significan para ti estos reconocimientos y en especial el XXIV del concurso Celestino de Cuento 2023?

Sin dudas ha sido muy significativo para mí. Este es uno de los premios más codiciados en la actualidad entre los escritores menores de 35 años en Cuba. Envié los cuentos con mucha ilusión, pero sin demasiadas expectativas, justamente por eso fue una sorpresa muy gratificante cuando lo anunciaron.

La figura en el puente está compuesto por siete cuentos de ficción realista que giran en torno a la vida cotidiana: el amor, la muerte, los conflictos familiares, el suicidio, el duelo, las decisiones que tomamos y cómo repercuten en la vida de los personajes. El volumen tiene un personaje, digamos que simbólico, que es la ciudad de Matanzas, presente en varios de los cuentos con referencias constantes a sus elementos identitarios: el río Yumurí, la bahía, sus playas, sus puentes…

“Los cuentos son realistas, aunque hay algunos con ligeros toques de surrealismo. Cinco de las siete historias están ambientadas aquí y juegan con todos esos factores, con conflictos, con dolencias, con preocupaciones.

“Disfruté mucho, además, las jornadas del premio, a pesar de que el viaje para allá fue una odisea. Estar en esa ciudad que me encanta y recibir el premio en persona de manos de Luis Yusseff y del colectivo de la luz fue muy importante para mí. Por otra parte, poder interactuar con el jurado, compartir con ellos sus criterios y consejos, fue también muy gratificante.

“El libro se publicará próximamente por Ediciones la Luz, que en mi opinión, junto a las editoriales matanceras, es uno de los puntales del sistema de editoriales territoriales”.

— ¿Qué importancia le concedes a este tipo de certámenes para los noveles escritores?

Quizás la principal es que te sitúan en la mira pública y reconocen tu trabajo. Te aportan mucha visibilidad, prestigio y también la posibilidad de publicar de manera segura, en esta época de tanta escasez con el papel para las tiradas en las editoriales. Quizás hoy la mejor manera de publicar un libro es ganando un concurso de este tipo porque te asegura la presencia en los planes editoriales.

“Pero un premio ni te da ni te quita, aunque por supuesto que es estimulante. No obstante, conozco autores que han ganado muy pocos o ningún concurso y son espectaculares. Yo pienso que lo importante es estar satisfecho con lo que se hace, no quedarse en la zona de confort, intentar crecer y mejorar constantemente”.

— Resulta muy llamativa la variedad de géneros que has logrado cultivar también en este período, con obras muy diferentes entre sí que van desde la poesía hasta la narrativa, pasando por la cie. ¿Con cuál te sientes más cómoda?

Ahora mismo si me pones a escoger no sabría decirte, hasta hace pocos años el género con el que más me identificaba era la poesía, prácticamente el único al que le había dedicado tiempo hasta hace unos años. Realmente la narrativa me ha tomado mucho esfuerzo y crecerme en ella es el resultado de muchos procesos de aprendizaje: me he dedicado mucho a estudiarla, a entender las técnicas, etc.

“Atreverme a escribir narrativa fue el resultado también de una intención clara de salir de esa zona de confort en la que me encontraba. Primero en 2020 comencé con la ciencia ficción y fantasía. En ese caso específicamente me ayudó a liberar una especie de bloqueo de escritor que tenía con respecto a esos géneros.

“Creo que en estos momentos me siento cómoda en todos y me satisfacen en la misma medida. Lo que más me motiva es precisamente poder escribir, eso es lo que me atrae. Por supuesto que es un reto moverse entre todos esos estilos que tienen sus propios códigos, pero me gusta que sea así, que sea un reto constante esta pasión de escribir.

“No creo que todo esté aprendido, sé que me queda muchísimo trabajo por delante. Con la poesía también siento que falta mucho por mejorar. Esta es una carrera que no tiene una meta definida. Yo creo que el reto está en hacerlo siempre mejor, o al menos intentarlo y sentirse satisfecho con lo que uno escribe, eso es lo principal. Uno quiere que lo lea un público, sí, uno quiere que lo premie un jurado cuando así se lo merezca, pero lo primero es sentirse satisfecha con una misma y en mi caso ha sido así”.

Foto: Cortesía de Ediciones La Luz.

— ¿La inspiración o la disciplina? ¿Qué funciona mejor para ti? ¿Cómo organizas tus procesos de escritura?

Para mí funcionan los dos. Realmente la disciplina es muy importante, porque cuando estoy leyendo, cuando estoy activa, es cuando mejor fluyen las ideas. Utilizo mucho la música, es algo que me motiva, crear un espacio tranquilo y poder escucharla, por lo general sobre lo que me encuentre escribiendo en ese momento, me funciona bastante.

“Depende mucho también de cómo sienta que puede fluir mejor el texto. No obstante, además de la disciplina, la inspiración es muy importante. Sobre todo para la poesía, seguir esa intuición a la hora de sentarme a crear, en mi caso es fundamental. No siempre se tiene ese impulso, por eso la disciplina hay que cultivarla. Por lo general cuando me viene una idea a la cabeza lo primero que hago es anotarla en el móvil, en una agenda o lo que tenga a mano. Luego me siento con calma a desarrollarla a ver hacia dónde me llevan.

“Por otro lado, la propia disciplina me ha permitido salir de los denominados bloqueos de escritor. En esos casos me funciona mucho la lectura, consumir cosas nuevas. Creo que sucede por falta de estímulo, y por eso leer es tan importante. Leyendo poesía, que es el alimento del alma, pienso que es posible encontrar la inspiración. Aunque también está el factor tiempo, que no podemos ignorar.

“Para aprender a escribir hay que hacerlo y tener tiempo para dedicarle, porque luego hay que pulir los textos, perfeccionarlos, y eso lleva tiempo y esfuerzo, pero vale la pena y si logras disfrutar el acto de la escritura lo tienes todo”.

— ¿Qué proyectos te ocupan en estos momentos?

Varios, aunque el principal era ese libro que ganó el premio. De momento la meta es escribir y hacerlo mejor. Tengo publicaciones pendientes en El Caimán Barbudo por los resultados del premio e igualmente con el público. Colaboro con otras revistas, tengo algunos proyectos de libros inéditos, pero pienso que el plan y el proyecto más inmediato y más importante es escribir.

“Me encantaría escribir una novela, pero es un reto inmenso en estos momentos. Creo que me falta mucha madurez para ello, es un género con muchas particularidades, tiene su técnica, su estructura, y por eso creo que no me siento del todo capaz de asumirlo en estos momentos. Creo que tengo que trabajar primero en la ciencia ficción y la narrativa para asumirlo.

“Yo me siento muy afortunada de haberme podido dedicar a esto, si algo claro veo en mi futuro es escribir”.

(Tomado de Girón)

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