noviembre 11, 2025
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10 formas de decir “te pienso” en poesía

Te proponemos que hoy te sumerjas en la emoción más universal con esta colección de 10 poemas de amor. Desde el susurro tierno hasta la pasión desbordada, estos textos capturan en palabras lo que a veces el alma no puede expresar. Perfectos para dedicar, para compartir en esa fecha especial o simplemente para recordarle a esa persona única lo mucho que significa en tu vida.

1-Yo te amo, de Maruja Vieira

La sombra. Y el camino interminable.

El vacío que imita la forma de tus brazos.

El monótono ruido de la lluvia en el aire.

Con la espiga y la estrella,

con la piedra y el árbol,

con todo lo que guarda la verdad de la tierra

esta noche te amo.

Por lo que vive y canta.

Por los campos arados.

Por la mano de un niño, por su llanto,

por su eterno milagro.

Te amo porque amas el sueño del futuro

y tiendes al espacio tu nombre como un arco.

2- Bienvenida, de Mario Benedetti

Se me ocurre que vas a llegar distinta

no exactamente más linda

ni más fuerte

ni más dócil

ni más cauta

tan solo que vas a llegar distinta

como si esta temporada de no verme

te hubiera sorprendido a vos también

quizá porque sabes

cómo te pienso y te enumero

después de todo la nostalgia existe

aunque no lloremos en los andenes fantasmales

ni sobre las almohadas de candor

ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio

tu nostalgias

y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia

tal vez llega primero

porque lo pinto en las paredes

con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro

me mira como pueblo

sonríe y rabia y canta

como pueblo

y eso te da una lumbre

inapagable

ahora no tengo dudas

vas a llegar distinta y con señales

con nuevas

con hondura

con franqueza

sé que voy a quererte sin preguntas

sé que vas a quererme sin respuestas.

3. Amor eterno, de Gustavo Adolfo Bécquer

Podrá nublarse el sol eternamente;

Podrá secarse en un instante el mar;

Podrá romperse el eje de la tierra

Como un débil cristal.

¡todo sucederá! Podrá la muerte

Cubrirme con su fúnebre crespón;

Pero jamás en mí podrá apagarse

La llama de tu amor.

4- Si me quieres, quiéreme entera, de Dulce María Loynaz

Si me quieres, quiéreme entera,

no por zonas de luz o sombra…

Si me quieres, quiéreme negra

y blanca, Y gris, verde, y rubia,

y morena…

Quiéreme día,

quiéreme noche…

¡Y madrugada en la ventana abierta!…

Si me quieres, no me recortes:

¡Quiéreme toda!… O no me quieras 

5. Contigo, de Luis Cernuda

¿Mi tierra?

Mi tierra eres tú.

¿Mi gente?

Mi gente eres tú.

El destierro y la muerte

para mi están adonde

no estés tú.

¿Y mi vida?

Dime, mi vida,

¿qué es, si no eres tú?

6-Dame la mano, de Gabriela Mistral

Dame la mano y danzaremos;

dame la mano y me amarás.

Como una sola flor seremos,

como una flor, y nada más…

El mismo verso cantaremos,

al mismo paso bailarás.

Como una espiga ondularemos,

como una espiga, y nada más.

Te llamas Rosa y yo Esperanza;

pero tu nombre olvidarás,

porque seremos una danza.

7-Te amo por ceja, de Julio Cortázar

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores

blanquísimos donde se juegan las fuentes

de la luz,

te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza

de cicatriz,

voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y

cintas que dormían en la lluvia.

No quiero que tengas una forma, que seas

precisamente lo que viene detrás de tu mano,

porque el agua, considera el agua, y los leones

cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,

y los gestos, esa arquitectura de la nada,

encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.

Todo mañana es la pizarra donde te invento y te

dibujo,

pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese

pelo lacio, esa sonrisa.

Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino

es también la luna y el espejo,

busco esa línea que hace temblar a un hombre en

una galería de museo.

Además te quiero, y hace tiempo y frío.

8-Cúbreme, amor, el cielo de la boca, de Rafael Alberti

Cúbreme, amor, el cielo de la boca

con esa arrebatada espuma extrema,

que es jazmín del que sabe y del que quema,

brotado en punta de coral de roca.

Alóquemelo, amor, su sal, aloca

Tu lancinante aguda flor suprema,

Doblando su furor en la diadema

del mordiente clavel que la desboca.

¡Oh ceñido fluir, amor, oh bello

borbotar temperado de la nieve

por tan estrecha gruta en carne viva,

para mirar cómo tu fino cuello

se te resbala, amor, y se te llueve

de jazmines y estrellas de saliva!

9-Como si cada beso, de Fernando Pessoa

Como si cada beso

Fuera de despedida,

Cloé mía, besémonos, amando.

Tal vez ya nos toque

En el hombro la mano que llama

A la barca que no viene sino vacía;

Y que en el mismo haz

Ata lo que fuimos mutuamente

Y la ajena suma universal de la vida.

10-Te quiero a las diez de la mañana, de Jaime Sabines

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once,

y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y

con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.

Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me

pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la

comida o en el trabajo diario, o en las diversiones

que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con

la mitad del odio que guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y

siento que estás hecha para mí, que de algún modo

me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos

me convencen de ello, y que no hay otro lugar en

donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu

cuerpo. Tu vienes toda entera a mi encuentro, y

los dos desaparecemos un instante, nos metemos

en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo

hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente.

Y hay días también, hay horas, en que no

te conozco, en que me eres ajena como la mujer

de otro, Me preocupan los hombres, me preocupo

yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense

en ti durante mucho tiempo. Ya ves ¿Quién

podría quererte menos que yo amor mío?

(Tomado de Cubadebate)

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