J MILO tiene claro que su sello es la cubanía. Esa tesis llegó a su mente cuando pensó en sus raíces, la cultura cubana, las peculiaridades de su natal Pinar del Río, el tabaco y la Guayabita del Pinar. En su música fusiona la música tradicional con las sonoridades más contemporáneas, y por esa línea intenta diferenciarse en el panorama musical de la mayor de las Antillas.
“La música fue una inquietud desde niño. Me gustaba bailar, intenté hacer las pruebas de actitud para la Escuela Nacional de Arte en Danza, pero después me arrepentí”, comenta el músico en entrevista para Cuba Joven. Después intento hacer los exámenes para ingresar al Instituto Superior de Arte (ISA) pero confiesa que era demasiada teoría e instrumentos que aprender y muy poco tiempo para hacerlo.
Cuando entró en el pedagógico de Pinar del Río, en biología- química, se integra al Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación de Estudiantes Universitarios. Llega hasta el Festival Nacional y resulta Premio Especial de la Asociación Hermanos Saíz.
Siendo aún artista aficionado, creó la agrupación Meridiano Cero, en donde además de la dirección, se encargaba de los arreglos musicales. Después, con la llegada de la covid-19 este grupo se desintegró y J MILO se metió de lleno en el reto que constituye para un artista lanzar su carrera en solitario.
En esa ruta compuso “Cubano asere”, la canción que estableció la línea de trabajo que definiría su estilo como artista.
“Después de crear este tema decidí hacer un disco por ese estilo musical. Habla de mí como cubano, de mis raíces, mi cultura y lleva como instrumento principal el tres cubano. Esta primera canción tiene un videoclip, cuya narración se concibió desde los rasgos que identifican nuestra y a Cuba, por supuesto. Además muestra y destaca mi ciudad natal, tierra de grandes artistas como Polo Montañés.
“Siento que el campo, mi infancia, la música popular cubana y sobre todo la tradicional, marcaron mucho mi formación como artista y eso tenía que estar reflejado en la esencia de J MILO”.
Su nombre completo es José Carlos Miló Morejón, pero prefiere el artístico. Su objetivo—aunque tiene claro que solo inicia este camino —es no perder lo que lo identifica como artista, y aunque sabe que en La Habana hay más posibilidades para aquellos que eligen a la música como una forma de vida, quiere darse a conocer en Pinar del Río, esa provincia occidental del mejor tabaco del mundo.
Además de la música, imparte clases en la secundaria básica Tania la Guerrillera en la asignatura de Biología. Si bien le gusta el magisterio, le es difícil llevar ambas carreras. La música está en la sangre, desde que escuchó por primera vez un acorde, desde que compuso esa canción a los 16 años.
Ser artista para J Milo significa sensibilidad. “Quiero poder llegar al corazón de cada persona con mi música y contagiarles con alegría el alma, o que simplemente, se sientan identificados con una canción. Que llegue a cada cubano, no importa en qué lugar del mundo esté”.