El Campeonato Mundial de Béisbol, categoría sub-15 años, celebrado hace apenas un mes en Hermosillo, México, será recordado en Cuba por mucho tiempo. Y es que un subtítulo mundial merece las palmas, pero si va acompañado de valentía, amor a la camiseta, entrega y el hecho de “jugar sin presión”, lleva letras mayúsculas.
Unos jóvenes que nos remontaron a los años de oro de la pelota cubana, a la época de Casanova, Víctor Mesa, Padilla y otros grandes. Como asegura uno de los protagonistas de la entrega: “Le hicimos ver a Germán que también en estos tiempos los cubanos damos dolor de cabeza”.
Hoy los acercamos a las carreras deportivas y vidas de dos protagonistas de esa competición: Alejandro Derlys Cruz Echemendía y Alejandro Enrique Prieto Alonso.
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“Le dedico esta medalla al pueblo cubano y a mi familia”
“Desde chiquito siempre me ha gustado el béisbol. Lo veía por televisión y me encantaba. A los seis años, empecé en el beisbolito 4 de abril, hasta ahora que tengo 15.
“Mi papá y mi abuelo lo practicaron un largo tiempo y siempre me han apoyado en todo”.
¿Cómo ha influido la familia en tu desarrollo como jugador?
–Vivo con mi abuela, abuelo paterno y con mi mamá y mi papá. La familia siempre ha estado unida con amor. Me han educado bien y apoyado en el deporte y los estudios.
¿Cómo ha sido el tránsito por las diferentes categorías?
–Me ha ido muy bien en las categorías pequeñas. He obtenido medallas, como el bronce nacional en la categoría 11 y 12 y el bronce mundial en China Taipéi, de esa misma categoría. Después de ese campeonato ingresé en séptimo grado a la EIDE. Hoy sigo estudiando en el centro.
¿Qué elementos se trabajaron en el entrenamiento para el mundial?
–La preparación en Cuba fue excelente y la retribuimos en el torneo, gracias a los entrenadores que nos enseñaban cosas nuevas todos los días. Nos daban consejos constructivos para mejorar la defensa y el bateo, además de inculcarnos la disciplina y el respeto y que jugáramos alegres y con corazón.
“He hecho tres equipos nacionales. Este último mundial fue muy especial ya que logramos una medalla de plata. La experiencia me pareció linda y satisfactoria para mi carrera. Conocí México, un país hermoso.
“Pude compartir el campo con jugadores de otros países y con los de México. Fue algo espectacular. En el plano personal, disfruté mucho haber sido seleccionado para integrar el Todo Estrellas del torneo en mi posición, tercera base.
“Le dedico este triunfo al pueblo cubano y a mi familia que siempre han estado conmigo. Para mí, mi país y mi provincia son lo más grande. Vivo orgulloso de estar aquí y los defenderé siempre”.
¿Cómo te preparas en tu posición?
–Entrenando fuerte todos los días, mejorando deficiencias a la defensa y en el bateo y preparándome física y mentalmente.
¿Cuáles son tus aspiraciones en el béisbol?
–Espero hacer el equipo juvenil de Sancti Spíritus, representarlo en el campeonato nacional y sacar buenas notas para estudiar una carrera que me guste.
“Además, aspiro a seguir haciendo el Cuba en las próximas categorías e integrar la selección de los gallos en la Serie Nacional”.
¿A qué te dedicas en tu tiempo libre?
–A salir con mis amigos y jugar en computadora. También me gusta mucho el fútbol y dedicar el tiempo a todos lo que me rodean.
De no haber sido pelotero, ¿a qué te hubieras dedicado?
–Me imagino en mi casa con la familia y amigos. Me hubiera dedicado a la arquitectura, que me encanta.
En video, declaraciones de Alejandro Cruz
“Mi meta será siempre entrar al equipo de Pinar del Río”
“En mi familia, prácticamente todos son deportistas. Mi hermano pasó por muchas disciplinas, como el voleibol, incluso por el béisbol, pero le dieron un pelotazo y lo dejó.
“Mi primo es pitcher. Jugó un tiempo en el Fajardo y obtuvo la licenciatura hace poco. Mi papá ha jugado pelota y actualmente softbol. Hasta ahora me han aconsejado bastante tanto en la vida como en la carrera deportiva. Le agradezco a mi familia todo lo que me ha ayudado.
“Siempre he vivido en calle quinta, del reparto Hermanos Cruz, en la capital pinareña. Mi mamá se mudó para ahí, cuando mi hermano tenía cinco años, y yo no había nacido aún. Hasta ahora es donde pienso vivir toda la vida.
Al cumplir los tres años de edad, mi abuelo buscó un bate y una pelota, pensando en hacerme pelotero, porque a ellos les gustaba. Pero todo fue fluyendo y fui conociendo el béisbol”.
¿Cómo ha sido el tránsito por las diferentes categorías?
–Cuando fue pasando el tiempo, llegó un momento en que me gustó y dije: Vamos a optar por esto. A los nueve años me inscribieron en el Indersito y ahí fue donde empecé mi carrera deportiva.
“En cuarto grado estando en la primaria José Antonio Echeverría, me pasan para la Roberto Amarán. Me explicaron que era un atleta con condiciones, y que era necesario que entrenara en un centro especializado, para que me vaya alimentando de ese béisbol.
“Cuando estaba en séptimo grado en la Carlos Ulloa, el viejo Leonel me llamó para que entrenara con ellos. Es un entrenador del sub-15 que ahora está contratado en Italia. En aquel entonces me llamó y me dijo que me preparara con los demás muchachos para ver qué pasaba.
“Me fui familiarizando hasta que ahora entré en noveno grado en la EIDE y en la categoría. Me he metido de lleno”.
¿Por qué siempre te designan como capitán de equipo?
–En mi primer año en el Cuba, cuando fuimos al panamericano 11-12 en Aguas Calientes, México, la gente me preguntaba cómo podía ser capitán con esa edad, si aún no había desarrollado la habilidad de liderazgo.
“Les decía, no es tanto ser líder como ser uno más, integrarte, ser paciente, compañero, aconsejar a los demás, incluso, cuando no lo necesitan. Eso siempre lo he llevado presente.
“Desde la categoría 11-12 estoy haciendo equipo Cuba. En cada selección de la que ha formado parte lo mismo a nivel municipal y provincial que nacional, me designan como capitán, pero eso no impide que sea un integrante más del conjunto.
“Mi objetivo siempre ha sido transitar por las diversas categorías haciendo el equipo. Eso es seña de que tienes calidad, que aportas a la selección y si vas sumando ganas. Mi meta será siempre entrar al equipo de Pinar del Río.
“Soy seguidor de todos los conjuntos en la Serie Nacional, pero Pinar del Río es mi provincia, mi team, como decimos en el argot beisbolero”.
¿Cómo te preparas en tu posición?
–Lleva un entrenamiento y una preparación fija. Es constancia. Cuando repites muchas veces algo, siempre te va a salir, porque creas una base.
“Jardinero derecho es una pieza clave en el róster, igual que el shorstop y segunda, el cácher y el pícher. Tienes que tener una buena línea central y yo formo parte de eso. En estos últimos años he jugado en el campo corto, pero en los equipos Cuba me han pasado para el center por mis características: me desplazo bien, y para que no me preocupe por el que está fildeando en el center field, dan cinco batazos como en diez juegos y no siempre”.
¿Cuáles fueron las claves en la preparación para el mundial de Hermosillo?
–Tuvimos una preparación corta, pero fructífera en Morón. Pretendíamos clasificar para la superronda y después, si se podía, alcanzar un puesto en el podio. El otro objetivo era traer la medalla de la dignidad.
“A algunos muchachos los conocía del premundial y de otras categorías. Esto ayudó de una forma y otra para que la dinámica fluyera mejor.
“Individualmente, batear más de 400 en una liga élite, un campeonato mundial, es bastante. Ya en el sub-12, en China Taipéi, había promediado 583, pero es sub-12. Da mucho margen a que uno se equivoque y un bateador es más probable que aproveche ese error del contrario”.
¿Cuántas cosas pasaron por sus mentes cuando pensaron que podían ser campeones?
–Fue una noticia muy grande, además, Cuba, en el sub-15, no había tenido resultados en estos últimos años. Teníamos la posibilidad de dar un alegrón al país y a nosotros mismos.
“Al vencernos los japoneses tres por cero, llegamos al hotel y los entrenadores estaban abajo reunidos. Nosotros nos preguntábamos qué hacían ahí, si nos habían derrotado y posiblemente discutiríamos el bronce. No entendíamos el misterio.
“Yo compartía habitación con un entrenador, a las doce nos tocan la puerta, y nos dicen: ‘Ustedes tienen derecho al oro’. Nos sorprendimos y preguntamos por qué había pasado eso. Entonces, Alexander nos dijo: ‘A los japoneses les pasó lo mismo que a ustedes en el premundial’.
“Preguntamos: ‘¿El pitcher se pasó en el número de lanzamientos?‘. ‘Sí’, contestó Urquiola. En ese momento nos alegramos, pero no quisimos festejar, porque hubiéramos querido ganar en el terreno y demostrar que teníamos el verdadero derecho al oro. De todos modos, fue una oportunidad que nos dio la vida”.
¿Qué queda ahora para el equipo nacional sub-15?
–Tiene que seguir preparándose. De un grupo de 20 atletas, 17 pasan a la categoría juvenil. Los tres que quedan deben apoyar a la nueva generación. Hay dos que cuentan con experiencia en el Cuba y el otro, se incorporó recientemente.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
–Casi siempre estoy con mi familia, compartiendo con ellos, porque son la pieza fundamental para hacer todo lo que pueda en el terreno. Esos jits, bases robadas, son prácticamente por ellos.
¿Tuviste alguna afectación tras el paso de Ian por Pinar del Río?
–En mi casa no hizo estragos, pero sé de daños que ocasionó en las viviendas de amistades del reparto y de mi aula. Espero entre todos recuperarnos pronto y terminar el curso escolar, que ha tenido muchas interrupciones.
Si no fueses pelotero, ¿a qué te hubieses dedicado?
–Trataría de vincularme lo más que pueda a él. Lo mío es el deporte. Y si es béisbol, mejor todavía.
“De referencia no tengo más deportes que me gusten, solo este. El resto los juego, pero no me entra tanta adicción. Es que me he crecido en los campos de béisbol. Primero empecé por ‘El Indercito’, luego por el Borrego, la EIDE y otros estadios.
“Mi sueño, ver un Capitán San Luis repleto y ganar un campeonato con Pinar del Río”.
Alexander Urquiola sobre los Alejandros
“Son muchachos muy disciplinados, de hecho, aglutinan al resto. Siempre están dispuestos a ayudar. Y esas fueron las claves para lograr el éxito. “La calidad de ambos es innegable y va en ascenso. Los veo en un futuro siendo grandes peloteros de nuestro país”.