Prenden las luces del teatro Trianón. El público está expectante. Se sienten las buenas vibras detrás del telón. Minutos antes una voz en off anuncia una pasarela con los trajes que han marcado 30 años de trabajo de Teatro El Público, que dirige Carlos Díaz. Colores. Extravagancia. Caras conocidas dentro de las tablas cubanas.
Justo a mitad del espectáculo sale Ariel Zamora cubierto de trapos blancos, con un vestido del siglo pasado. Los labios rojos y la cara maquillada. Un sombrero con plumas como el complemento perfecto. Levanta el mentón mientras camina. No se desconcentra ni un segundo. El público grita. Aplaude.
A Ariel Zamora no le importa vestirse de mujer, porque como bien le enseñó Carlos Díaz, en Teatro El Público “los hombres son mujeres y las mujeres, hombres”. Lo más importante para el joven actor es el performance, la adrenalina que le provoca actuar y no salirse del papel.
Ariel Zamora escapa del teatro y llega a la televisión. Va a un casting y le encargan un papel. Estudia, se desdobla, quita su piel y se transforma en Alexeis, el joven rebelde que suscita comentarios desde que salió al aire la telenovela cubana “Tan lejos y tan cerca”, una propuesta televisiva dirigida por Alberto Luberta y Loysis Inclán.
Alexeis es “un sangrón”. Discute todo el tiempo con Nelson y a la vez, le enseña a ser un mejor padre. Pelea con Danay, la madre, quien no lo pensó dos veces y se fue a la Zona Roja a atender a los positivos a la covid-19. Termina en casa de su abuelo con quien tiene una relación especial. Adora a su hermana y le muestra los colores desde su perspectiva. Dibuja en un papel mientras pelea con el mundo. Tiene sus demonios ocultos debajo de la alfombra. Pero este joven indisciplinado también siente, y a su manera, lo ha demostrado en los últimos capítulos.
“Es rebelde y un poco incomprendido”, define Ariel Zamora a este rol que le ha tocado encarnar. Esa misma rebeldía fue lo que le atrajo del personaje, además de un cambio en su comportamiento y en la manera de relacionarse con los demás personajes en el transcurso de la telenovela. El actor no quiere adelantar más detalles de esa transformación en esta entrevista, pero uno, desde el rol de espectador, infiere que se acerca una historia de amor prometedora.
A “Tan lejos y tan cerca” llega a través de Osvaldo Doimeadiós, a quien le tiene especial cariño y lo considera un maestro. Este consagrado actor, director de la Nave de Oficio de Isla, otro de los grupos de teatro a los que pertenece el cienfueguero, ha guiado su camino en el mundo de las artes escénicas. En esa compañía hizo teatro profesional por primera vez, y de ella, no podrá despegarse. Doimeadiós le informó sobre el casting y no lo pensó dos veces.
“Lo primero que le aporto a Alexeis es la juventud, porque somos contemporáneos. También, cuando interpreto a un personaje busco esos puntos en común entre el papel y mi personalidad. Agrego la frescura. Somos dos artistas, él un pintor y yo actor”, asegura Ariel Zamora en una entrevista vía WhatsApp.
Sobre el resultado final del trabajo, comenta: “La mayoría de los actores casi nunca estamos satisfechos cuando vemos el producto terminado. Siempre decimos que se pudo haber hecho esto de esta forma, o aquello de la otra. Pero, la novela está ahí y espero que la gente la siga disfrutando”. Al final, es la audiencia y la crítica especializada la que decide el resultado de un audiovisual, y para un actor, no hay mayor satisfacción que el reconocimiento del público.
El artista agradece trabajar junto a Maite Galbán, a Alberto Corona, a Lily Santisteban, a Delvis Fernández y a otros más jóvenes como Flavia Barrios y Daniel Reyros. “En cada escena teníamos una conexión total. Todos estaban enfocados en el trabajo y daban lo mejor de sí”.
Actualmente, es parte del elenco de la obra “Luz” que se presenta en los Almacenes San José, con la Comunidad Creativa Nave Oficio de Isla. Mientras, estudia actuación en el Instituto Superior de Arte en el curso para trabajadores.
“También estamos en proceso de montaje con Teatro El Público de una puesta en escena que se llama ‘Orlandia’, bajo la dirección de Carlos Díaz. Además, espero por el estreno en la televisión de una serie que grabé hace algunos meses que se llama ‘Primer grado’, de Rudy Mora. Ahí doy vida al personaje de Chuli”.
Actuar es lo que más le gusta hacer a Ariel Zamora. Encarna un rol. Investiga. Se mete en el fondo de los conflictos de su personaje. Se entrega. Sale al escenario. Levanta el mentón mientras camina. No se desconcentra ni un segundo. El público grita. Aplaude.
A Ariel Zamora no le importa vestirse de mujer, porque como bien le enseñó Carlos Díaz, en Teatro El Público “los hombres son mujeres y las mujeres, hombres”. Lo más importante para el joven actor es el performance, la adrenalina que le provoca actuar y no salirse del papel.