El 17 de octubre de 2017, el Tribunal Municipal de Boyeros le confirió a Eumnice Violeta la custodia total de sus tres nietos. Un tiempo antes, su hija había fallecido de cáncer linfático. Durante años de lucha contra la enfermedad y ante la presencia de un “padre disfuncional”, Eumnice y su pareja se habían ocupado de los niños.
La pareja de Eumnice se llama Isabel y ambas tienen una larga historia, tan larga como que hace 35 años están juntas. Se conocieron el 9 de septiembre de 1986 en la antigua Casa del Té de la calle G, y un 21 de septiembre habían formalizado la relación.
El caso de esta pareja fue muy comentado en 2017, no solo por el hecho de que se le otorgó la guarda y cuidado a una abuela, algo inusual en el país, sino porque, además, el tribunal reconoció en la sentencia el papel fundamental y rol activo de Isabel, también madrina de los pequeños, en la atención y cuidado de los menores.
Modo Avión llegó a su casa, en el municipio habanero de Playa, el último día de marzo del 2022. Violeta nos esperaba afuera. Queríamos hablar con las dos, pero Isabel había salido temprano a hacer una cola para comprar aceite. Y no pudo hablar. Violeta habló por las dos.
Mientras hacíamos la entrevista, un vecino nos interrumpió para preguntar si la cafetería estaba abierta. El menor de los nietos, y el más travieso, rondaba y miraba a su abuela por momentos. La brisa de la costa llegaba hasta la ventana de aquella casa donde había y hay mucha luz.
Violeta sacó un álbum de fotos y nos mostró cómo eran de jóvenes. Sus travesías por el Valle de la Prehistoria y el Cobre. La promesa por la que vestiría de azul durante un año. Los recuerdos que la hicieron feliz.
Isabel y Eummice llevan la mayor parte de su vida juntas. A veces, uno no cree tanto en eso de la media naranja y del amor de la vida, pero si fuéramos a imaginarlo por un segundo, pudiera ser esta una de las pruebas. Los años han pasado, pero las ganas no.